Decepcionante ilusión
Jordi Amat escribe sobre las conferencias del exjuez Santi Vidal: “Avalado por Òmnium Cultural y la Assemblea Nacional Catalana, un cargo electo y star system del movimiento independentista se dedicaba a repetir un relato aplaudido que desmentía en bloque la promesa de seguridad legal que, por activa y por pasiva, se ha dicho que caracterizaba al proceso soberanista”.
Toda vez que las afirmaciones del animador Santiago Vidal han sido desmentidas categóricamente por el Gobierno de la Generalitat, se debería detener ya la crisis que podrían haber desencadenado. Pero hay varias derivadas del asunto sobre las que valdría la pena dedicar ni que sean cinco minutos de silencio. Tuiteros excitados, tila. Mucha tila. En primera instancia lo más relevante de la noticia de El
País no era que fuese verdad comprobada aquello que Vidal predicaba por todas partes –¡faltaría más!– sino que, avalado por Òmnium Cultural y la Assemblea Nacional Catalana, un cargo electo y star system del movimiento independentista se dedicaba a repetir un relato aplaudido que desmentía en bloque la promesa de seguridad legal que, por activa y por pasiva, se ha dicho que caracterizaba al proceso soberanista. Por lo tanto, el acierto periodístico del trabajo de Cristian Segura, tras horas de escuchar las conferencias y sistematizar su contenido, me parece indiscutible. Más allá de la posición sobre la cosa que cada uno tenga, el acierto es informativo.
Sin embargo, apaciguada la enésima polémica estéril, me interesa, y mucho, saber qué pensaba la buena gente mientras escuchaba el sermón del senador. En la web de Òmnium Granollers, por ejemplo, se dice que las palabras de Vidal resultaron “especialmente estimulantes”. En la página de l’ANC del Vallès Occidental, tras la conferencia en Sant Quirze, se puede leer que “los detalles de algunos de los engranajes que el Gobierno está preparando y el hecho de que estén pensados todos los supuestos han dejado a los asistentes con mucha más confianza y tranquilidad sobre los meses que se acercan”. Muy bien. Pero en la charla de Matadepera, organizada por Esquerra, Vidal afirmó también que, en la hipótesis de que se quisieran quedar en Catalunya, los funcionarios del Estado actual deberían ser leales a los ideales de la nueva república. Él tiene su lista. Si no lo eran, serían considerados –“permitidme la expresión que los que tenéis una cierta edad recordaréis”– quintacolumnistas. El unionismo es cosa del pasado. Siempre es más efectivo volver al clásico guerracivilista. Tenemos prisa.