Donald Trump bailando hula
El día de la proclamación de Donald Trump, la mítica serie ‘Hawaii 5-0’ emitió un capítulo con independentistas hawaianos
La poca cintura política de Donald Trump puede provocar grandes cambios por la vía cataclísmica. En estos primeros días de presidencia, once hasta hoy, la lista de novedades traumáticas ya es notable. Uno de los frentes más visibles es su política exterior. El asunto del muro mexicano es un despropósito monumental y los países con pasaporte vetado para entrar en Estados Unidos amenazan con producir testimonios para una enciclopedia de periodismo narrativo más voluminosa que la mítica Espasa Calpe. Ya asoman en los noticiarios, los aeropuertos son las nuevas alambradas y muchos de los visados prémium de aliados en estos países parecen de papel mojado. Pero, ya me perdonarán la obviedad, todo lo que tiene exterior tiene interior. Circulan muchas listas de refugiados ilustres que prosperaron en Estados Unidos, de empresas tecnológicas fundadas por inmigrantes de primera o segunda generación (casi todas) y los manifestantes lucen pancartas para recordarle a Trump que se acuesta con una inmigrante de Eslovenia (née Melanija Knavs). Pero la vida interior del país que Trump preside desde hace once días es mucho más amplia y variada.
El mismo día que accedía a la presidencia la famosa serie Hawaii 5-0 emitió un capítulo muy singular. Es el 14.º de la séptima temporada (en la versión de este siglo, claro) y se titula “Ka laina ma ke one” (“la línea de la arena” en hawaiano). Sucede en el llamado Refugio de Waimanalo, una especie de reducto independentista de la nación hawaiana que funciona desacatando la jurisdicción estadounidense. En la población de Pu’uhonua O Waimanalo, de paisajes espectaculares, se vive según la cultura polinesia y se reivindica políticamente la legitimidad de la monarquía hawaiana, abatida hace 124 años por un golpe de Estado que perpetraron una docena de hombres de negocios estadounidenses de aspecto sospechosamente parecido a Trump. El episodio narra la historia de un fugitivo que se refugia en Waimanalo y contiene todos los ingredientes que han popularizado esta serie en todo el mundo. Pero esta vez los productores han querido mezclar elementos de realidad para dar a conocer una situación muy poco conocida y salen en ella algunos independentistas conspicuos, como los activistas Brandon Makaawaawa o Puuhonua Bumpy Keiki Kanahele, a quien el periodista catalán Dani Farrús ha entrevistado a fondo en diversas ocasiones. La emisión del episodio, muy seguida en Estados Unidos, ha generado un cierto debate sobre la legitimidad de la lucha del pueblo hawaiano, reconocida por Bill Clinton en 1993. En las escuelas de la isla de Kauai se practica la inmersión lingüística y en Waimanalo cuando Trump dice “America First” no se dan por aludidos.