Tecnología sí, pero objetiva
La moda ahora es apuntarse a la aplicación de la tecnología en el fútbol. La implantación del vídeo se ha probado y ha resultado un desastre. Hay demasiadas incógnitas y preguntas sin responder en un juego sujeto a interpretaciones de reglamento y a visiones partidistas. Pero hay una medida que es objetiva, que establece si el balón ha entrado en la portería, si ha sido gol o no lo ha sido: el ojo de halcón. Habría que empezar por aquí. Su implantación ya es urgente en la Liga española, uno de los pocos grandes campeonatos europeos que no lo tiene.
En lo del vídeo hay más dudas. ¿Qué hay que consultar? ¿La falta señalada por el árbitro o la que no ha visto? ¿Quién detiene el juego para la consulta? ¿El poder del fútbol pasa a manos de un realizador de televisión? Si en los partidos actuales se ve la repetición de una jugada diez veces y dos personas no son capaces de ponerse de acuerdo es difícil que un comité de tres lo acierte plenamente. ¿Las manos son voluntarias o involuntarias? Mientras en el juego existan reglas abiertas a la interpretación será muy complicado corregir errores.
Por eso, el primer paso ha de ser firme y objetivo. El ojo de halcón permite en segundos discernir si el balón ha entrado o no. No hay muchas jugadas de este tipo en cada jornada de Liga. Es cierto. Pero cuando la hay la transcendencia es máxima. El domingo pasado mientras Roger Federer ganaba el Open de Australia con una última decisión tomada tras
Implantar el ojo de halcón en las porterías de fútbol es una medida urgente que no está sujeta a la interpretación
consultar el ojo de halcón, que delimita si la pelota ha entrado, al Barça le negaban un gol legal en Sevilla cuando el balón había traspasado un metro la línea de meta.
Las principales ligas europeas lo aplican. La Federación española, sin embargo, es reticente aunque va a probar instalarlo en la próxima competición de Copa. Desde el organismo federativo se argumenta que no puede ser que el ojo de halcón se aplique a las competiciones de élite y, en cambio, no se instale en el fútbol más modesto. Dicen que así se crearían dos compartimentos, dos tipos de fútbol separado cuando el juego es único para todo el mundo. No habría presupuesto para colocarlo en todos los campos.
Es verdad, pero la aplicación inicialmente debería llevarse a cabo en las grandes ligas profesionales. Todo el mundo entiende que en el fútbol de la máxima élite el ojo de halcón cabría. Otra cuestión es que el precio de su instalación debería ir bajando para poder colocarlo en la mayoría de instalaciones. En los Juegos de Río, el ojo sólo estaba en la pista central. En la tres y la cuatro no había. Lo entendieron.