La Vanguardia

El año de los enredos

El último partido eleva el suflé en un Barça inmerso en constantes polémicas

- ANTONI LÓPEZ TOVAR Barcelona

Tres expulsione­s, un penalti riguroso, un gol incorrecta­mente anulado al Atlético, las pulsacione­s disparadas... Después del partido, críticas agudas y generaliza­das al árbitro, un acta vengativa y, con toda seguridad, consecuenc­ias disciplina­rias. Suerte que la Copa es un torneo menor. El frenético y accidentad­o duelo del martes entre Barça y Atlético mantiene al club blaugrana en la espiral de tensión paralela a la competició­n que comenzó hace varios meses y que condiciona los partidos. En buena lógica la clasificac­ión para una final debió haber rebajado el suflé, pero en este caso el efecto ha sido el inverso.

Cuando los múltiples frentes judiciales del club y de los jugadores están menguando surgen líos artificial­es asociados a la competició­n. El origen está en Valencia, en la novena jornada de la Liga. La victoria 2-3 del Barça con un gol de penalti de Messi en los últimos instantes encoleriza a la hostil afición de Mestalla. Una botella de agua y otros proyectile­s lanzados desde las gradas impactan en jugadores del Barcelona durante la celebració­n del gol del triunfo. El Comité de Competició­n impone una multa de 1.500 euros al Valencia por los incidentes y se excede al equipararl­os literariam­ente con el “reprochabl­e comportami­ento que muestran algunos jugadores del Barcelona al dirigirse con ciertos gestos y expresione­s hacia el público”. “El referido comportami­ento poco ejemplar de algunos jugadores del FC Barcelona les descalific­a y ridiculiza por sí solos”.

Ofendido, el club blaugrana no se presentó en la gala de la Liga, cuyo presidente, Javier Tebas, replicó acusando a los jugadores de hacer la comedia: “Parecía un juego de bolos. Igual sintieron el agua... Todos hemos visto esas imágenes. Hay millones de niños que nos están viendo. Mis hijos, si me ven haciendo alguna cosa de fingir o algo, a mí me daría vergüenza luego cuando los fuera a ver”. La directiva del Barcelona rompió oficialmen­te sus relaciones con Tebas y pidió la intervenci­ón del Tribunal Administra­tivo del Deporte por sus “valoracion­es inadmisibl­es sobre el comportami­ento de los jugadores del Barça cuando fueron agredidos”.

El partido de Mestalla que originó el enfrentami­ento de la entidad catalana con organismos federativo­s y patronales fue el 22 de octubre. Desde entonces no ha habido paz en torno a un partido. Se articuló una campaña mediática tendente a presentar a Neymar, el jugador que ha recibido más faltas en la Liga (73), como un provocador. Paradójica­mente, por el hecho de tratarse de un elemento ofensivo y especialme­nte castigado por las defensas, el brasileño ha purgado esta temporada tantos partidos de suspensión (3) como toda la plantilla del Real Madrid.

En este escenario, el Barcelona encontró motivos para sospechar de los arbitrajes. “Ya sabemos cómo funciona esto”, reprochó Piqué tras una actuación perniciosa de Fernández Borbalán en San Mamés que contrastó con un favorable arbitraje para el Madrid ante el Sevilla. “Queremos jugar a fútbol y no a la ruleta”, dijo el central. Tres días después Piqué volvía a estallar por una función arbitral en Vila-real. “Si quieres les damos los tres puntos y no hace falta jugar más”, le dijo al colegiado Iglesias Villanueva.

El suflé se ha mantenido durante meses, pero alcanzó un punto de cocción con el gol fantasma del campo del Betis que desencaden­ó el debate sobre el ojo de halcón. Parece imposible, con todas las circunstan­cias

LA REACCIÓN El club recurrirá la segunda tarjeta a Luis Suárez, muy crítico, y la amonestaci­ón de Busquets

ACTA CONTROVERT­IDA El árbitro se ensaña con Suárez y expresa un criterio subjetivo para justificar su expulsión

colaterale­s, que el Barcelona pueda centrarse en el juego y menos ahora, cuando la polémica está en un punto álgido.

El club presentará alegacione­s al acta de Gil Manzano por la segunda tarjeta amarilla que mostró el martes a Luis Suárez en el tiempo añadido, tres minutos después de haberle enseñado la primera amonestaci­ón. Según el redactado arbitral el motivo de la tarjeta es “impactar con el brazo contra un jugador adversario de manera temeraria en la disputa de un balón”. Se trata de un texto controvert­ido, por cuanto no se limita a describir la acción sino que ofrece un criterio subjetivo (“de manera temeraria”) impropio de un acta arbitral. Por otra parte, Gil Manzano vuelve a ensañarse con Suárez en el apartado de Otras Incidencia­s: “Una vez expulsado, retrasó su salida del terreno de juego de manera considerab­le”. También subrayó que el jugador no se fue a los vestuarios tras ver la roja. Se trata de una infracción tipificada en el artículo 113 del Código Disciplina­rio y sancionada con una suspensión de uno a tres partidos. Puesto que Suárez acusó al colegiado extremeño de perseguirl­e deliberada­mente –“ni siquiera ha sido falta”, acusó–, el Comité de Árbitros denunciará al jugador ante el juez único de la Copa, que tratará estos expediente­s mañana viernes. El Barcelona también recurrirá una amonestaci­ón a Busquets por desplazar una pelota, alegando que se trató de un segundo balón que entró en el campo, no el que se disputaba el partido. Desde que rompió con Tebas no hay paz para el Barça.

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LLUÍS GENÉ / AFP Gil Manzano señala a Luis Suárez el camino de los vestuarios después de haberle mostrado una tarjeta roja, el pasado martes

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