El PP catalán espera conservar sus cuotas de poder en la nueva dirección
El PP catalán acude al congreso nacional popular con un perfil voluntariamente discreto –sus dirigentes evitarán salirse del guión sobre Catalunya trazado por la operación
diálogo de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría–, y con la esperanza –virgencita, virgencita, que me quede como estoy– de conservar sus cuotas de poder interno en la calle Génova 13.
En un momento de transitoriedad, a la espera de que se formalice en marzo el traspaso de poderes de Alicia Sánchez-Camacho a Xavier García Albiol como presidente del PPC, los populares catalanes confían en “al menos” en mantener su número de representantes en la ejecutiva nacional.
“Tal como está la situación política en Catalunya, sería bueno que se visualizara de forma nítida el peso del PP catalán”, apuntan fuentes del partido.
Hasta el cónclave que empieza hoy en Madrid, el PPC contaba en el comité ejecutivo con Jorge Fernández, Dolors Monserrat, y Andrea Levy, como vicesecretaria de estudios y programas. Además de Sánchez Camacho por ser presidenta de los populares catalanes y presidenta del comité electoral, y de Albiol como invitado desde que fue nombrado coordinador general del PPC. A este elenco, se sumó el último año Jorge Moragas, jefe de Gabinete de Rajoy en el Gobierno, por su condición de director de campaña en los comicios generales.
Para la nueva etapa, en la que contarán mucho los equilibrios internos por la guerra entre María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría, parecen tener asegurada su continuidad, además de Albiol, Andrea Levy, que podría repetir como vicesecretaria, y la ministra Monserrat. Menos posibilidades tienen el exministro Fernández Díaz y Camacho, entre otras cosas, apuntan fuentes populares, por el interés del partido de ofrecer una imagen de renovación de sus representantes catalanes.
Pero al margen de la arquitectura interna de la dirección popular, que Rajoy sigue guardando celosamente en secreto a los suyos, el PPC ha optado por tener un perfil discreto en el cónclave e incluso la cuestión catalana. En el proceso de enmiendas a las diferentes ponencias, el partido como tal renunció a presentar ninguna (sí lo hicieron algunos de sus miembros por su cuenta) y no está previsto que este fin de semana ninguno de sus representantes defienda o plantee públicamente una propuesta sobre Catalunya, ya sea en materia de financiación, infraestructuras, etcétera, diferente a las coordenadas marcadas desde la calle Génova y la Moncloa.
Atrás quedaron los tiempos, no tan lejanos, en los que el PPC planteó la necesidad de una financiación singular para Catalunya. Una propuesta elaborada por el actual delegado del Gobierno en Catalunya, Enric Millo, y que rápidamente el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, se encargó de enterrar con sus críticas y que ahora Albiol ni se plantea recuperar.