Habrá que ser creativo para condenar a Mas
Artur Mas aguardó ansioso la última sesión del juicio para tomar la palabra. El expresident atribuyó su enjuiciamiento a una represalia del Gobierno central tras “el éxito del 9-N. Hubo algunos a quienes no les gustó”. “No estamos aquí por desobedecer al TC. Lo que quisimos fue plantar cara a un Gobierno español que nos impedía que la gente participara”. En varias ocasiones, Mas se lamentó que la tensión entre las administraciones culminara en su procesamiento. “Qué pena señor presidente, no sólo qué pena, qué gran error, qué inmenso error”. Como ya hizo el primer día, el expresident se atribuyó la responsabilidad política de haber impulsado el 9-N sin ánimo de desobedecer puesto que por esta razón transformaron la primera consulta en un proceso participativo. Su abogado, por su parte, consideró que si se quiere condenar a Mas por desobediencia, “se tendrá que innovar y ser creativo”. El letrado considera que Mas no incurrió en los supuestos que considera la ley para condenarle por desobediencia sobre todo porque el aviso del TC fue “difuso” y muy poco claro. ¿Mas debió paralizar lo que no pararon los jueces?, se preguntó. “El señor Mas desobedeció a quien no tenía el menor interés en que se le obedeciera”. A su manera de ver no se cumple con los supuestos que fija la ley para una condena por desobediencia. No hubo un mandato expreso ni un destinatario preciso. Así que “si se quiere condenar a Mas, habrá que innovar y ser creativo”, avisó Melero.
“No desobedecimos, lo que hicimos fue plantar cara al Gobierno español” Artur Mas