Prohibición política
Leo la carta “Conflicto enquistado” (9/II/2017), en la que su autor afirma que el marco constitucional es contradictorio al señalar que “por un lado, permite que existan partidos independentistas y, por otro, los coarta e ilegaliza cuando llegan al poder”. Realmente es lo que está sucediendo, porque existe una mayoría parlamentaria que está proponiendo al Gobierno central que se haga una consulta legal u oficial, mediante referéndum, al ciudadano con derecho, pero este Gobierno se niega a considerarlo y no acepta siquiera que se le plantee. Me pregunto entonces, ¿cuál es el límite? ¿Se acepta el pensamiento libre de un grupo ideológico, pero no su derecho a plantearlo ordenadamente? Para muchos esta situación es sorprendente y hasta confusa.
GONZALO VIDAL-QUADRAS Suscriptor Barcelona