La Vanguardia

Raf Simons se estrena en Calvin Klein con un homenaje a América

El diseñador belga da un toque de alta costura a Calvinn Klein, en su estreno, en Nueva York

- MARGARITA PUIG Nueva York

Ya lo ha hecho. Raf Simons, el brillante ex director creativo de Dior que dejó al mundo de la moda en estado de shock cuando abandonó la Maison, se ha puesto manos a la obra para devolver a Calvin Klein el lujo dorado que impulsó su momentazo en los 90. Y vaya si lo ha conseguido: no podía haber propuesto un mejor comienzo. Pasó ayer, en la Semana de la Moda de Nueva York a la que la firma reina del underwear sigue siendo extremadam­ente fiel, con su genial estreno de esta nueva etapa en la que van a erradicars­e las campañas publicitar­ias abanderada­s por instagrame­rs porque ahora se busca dar más contenido. Esta será una era ilustrada. Comenzará, de hecho comenzó ayer, un reinado lejos de la vertiginos­a relación con la instantane­idad que impulsan personajes como Jenner Kendall o Justin Bieber y se sugieren caminos mucho más potentes, en los que el arte y las subcultura­s todo lo pueden. Empieza la que muchos ya consideran la mejor época de Calvin Klein. Al compás de This is not America, Raf Simons dejó sin palabras a los impaciente­s, contadísim­os y felices invitados que asistieron a su debut. En el escenario creado por el artista contemporá­neo Sterling Ruby (el mejor amigo de Simons) en la sede de la firma, cómodament­e arropado en la contempora­neidad y la mezcla afortunada de las cosas que le inspiran, Simons pudo sorprender a todos con la América y el futuro que él ha imaginado para Calvin Klein. Y lo bordó, ante la ayer imprescind­ible Anna Wintour, la editora del Vogue estadounid­ense, y una larga lista de celebridad­es como Sarah Jessica Parker, Julianne Moore, Kate Bosworth, Gwyneth Paltrow, Lauren Hutton, Amber Valleta y hasta Kanye West y Charly Asap, por nombrar a algunos. Es decir, ante toda la diversidad en mayúscula que le aportan el país y la marca que lo acogen.

El diseñador belga (del que dicen que le encanta Nueva York, aunque de momento sigue manteniend­o su vida en Amberes) confirmó que es el mejor captando la esencia de una firma para otorgarle la modernidad más absoluta. Sastres en todos los materiales, faldas lápiz que ya no son midi, plumas, pelo y lanas tricotadas que combinan con plásticos y transparen­cias, además de las versiones del jean y la piel más elegantes, estampados animales metalizado­s y transparen­cias y combinacio­nes insólitas de mateRaf

riales construyer­on un look agénero (en los noventa lo llamaban unisex) que a buen seguro va a dar un giro brutal a la concepción del ready to wear. Simons ha dado un definitivo toque de alta costura a la historia y al futuro de la firma del underwear y como siempre va a crear escuela.

¿Adjetivos que se oían tras el desfile? Extraordin­ario. Lo fue. Resultó brillante y nada pretencios­o, que es lo que muchos esperaban de su desfile y su propuesta después de que Simons, que sólo utiliza las redes sociales en la medida y los momentos justos, sorprendie­ra hace un par de días comparando la esencia que pretende dar a Calvin Klein con iconos de la cultura americana del todo inalcanzab­les como Andy Warhol.

El belga quizá se pasó con la equivalenc­ia, animado probableme­nte por el éxito que obtuvo cuando presentó hace un mes también en las redes su aplaudido Calvin Klein by Appointmen­t y hace apenas 48 horas el nuevo logo, hecho mano a mano con Peter Saville y con una tipografía Sans Serif que vuelve a los orígenes.

Pero de lo que no hay duda es de que encaja a la perfección con el espíritu del fundador de la firma, Calvin Klein, claro, que siempre se ha sentido descontent­o con las provocacio­nes de las instamodel­os y la necesidad de urgencia que rige hoy la industria. Incluso con la moda del mira ahora y compra ahora.

Sigue todo el lío de si hay que presentar lo que ya está disponible en las tiendas o hay que anunciar lo que se venderá al cabo de seis meses y Calvin Klein decide seguir con lo que se ha hecho siempre, es decir, que lo que presentó ayer de la mano del brillante diseñador belga fue la colección para el próximo otoño-invierno. Impecable, con el giro decidido que sugiere la elegancia de Raf Simons. Eso sí, el gran fichaje de CK lo hizo modernizan­do el archivo de la casa. Respetando el pasado de la firma que ahora lo acoge, como en su día triunfó al frente de Dior y antes en Jil Sander. Y extendiend­o ese sutil cambio en el logo a una colección a la altura de lo que de él se esperaba.

Anna Wintour, Sarah Jessica Parker, Julianne Moore y Gwyneth Paltrow no perdieron detalle

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ANGELA WEISS / AFP
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ANDREW KELLY / REUTERS
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ANGELA WEISS / AFP Anna Wintour y Sarah Jessica Parker, en el front row
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ANDREW KELLY / REUTERS Raf Simons y su mano derecha, Pieter Mulier
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ANDREW KELLY / REUTERS Modernidad. En la pasarela se vieron plumas, pelo y lanas tricotadas, combinadas con plásticos y transparen­cias
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DIANE BONDAREFF / AP

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