El universo Kukuxumusu, en el banquillo
Testis, el emblemático toro azul con cuernos amarillos, y el resto del universo Kukuxumusu pasaron este jueves por los juzgados de Pamplona. La pugna sobre quién tiene la potestad de estas criaturas enfrenta al actual propietario de la compañía, Ricardo Bermejo, y a su fundador, Mikel Urmeneta.
El primero exige al dibujante que no utilice a los conocidos personajes bajo el paraguas de la nueva marca que ha creado, Katuki Saguyaki, un nombre de resonancias japonesas pero que en realidad es un juego de palabras entre el gato y el ratón, en euskera. Y en eso se ha convertido la relación entre los dos antiguos colaboradores: en una persecución que ha acabado en los tribunales.
Bermejo, que entró como socio mayoritario de Kukuxumusu en un momento delicado, en el 2014, reclama que Urmeneta y cuatro creativos más dejen de reproducir y comercializar con las figuras que los han hecho tan populares. Los demandados, en cambio, sostienen que cedieron 15.000 dibujos concretos pero no los personajes, algunos de los cuales son anteriores al nacimiento de la empresa, en 1989. El toro Testis aparecía ya en los carteles de los Sanfermines de 1990.
A debate, pues, los límites imprecisos entre la propiedad intelectual y la libertad creadora. Ayer, durante la vista se puso de manifiesto la dificultad de saber si una nueva ilustración puede ser considerada copia de otra anterior teniendo en cuenta que el estilo y el mundo simbólicodeundibujantetienenunsello propio. Para Urmeneta, todo es “una pesadilla” y un intento de “fagocitar su imaginación”.
El verano pasado la justicia ya impuso una prohibición cautelar a Katuki Saguyaki para evitar que pusiera a la venta productos con las creaciones en litigio. Las partes disponen de cinco días para presentar las conclusiones definitivas y luego el juzgado mercantil número 1 de Pamplona dictará sentencia.
El juicio tuvo eco en las redes sociales, donde nombres conocidos de diferentes ámbitos se solidarizaron con los demandados y algunos aprovecharon la sesión para demostrar lo que saben hacer: dibujar lo que estaba pasando en la sala con una buena dosis de sentido del humor.