Selva luminosa
Balthasar Neumann Chor & Solisten y Ensemble Dirección: Pablo Heras-Casado Lugar y fecha: Palau de la Música (9/II/2017)
La Selva morale e spirituale es una larga y compleja serie de pequeñas obras de Monteverdi, de tiempos de su maestría de Capilla en San Marco, y última de sus ediciones en Venecia. De ese corpus Pablo Heras hizo esta selección de una quincena de piezas que presenta en concierto con el magnífico coro –casi de solistas– de un proyecto que financia la química de Essen Evonik Industries. Un apunte, también da apoyo al Borussia Dortmund. ¿Cabría imaginar algo así en este país, que tiene nada menos que al Barça?... Qué lejos estamos, ya que no es un proyecto sólo de espectáculo, sino que también financia investigación...
La selección musical de Heras-Casado, un joven director ya de ámbito internacional que tuvo alguna actividad en nuestro país –y de quien precisamente fueron estas columnas las primeras en llamar la atención a raíz de un concierto suyo de hace años en Granada–, fue muy agradable. Jugó en ella con todos los recursos posibles de la estética de ese primer barroco, para una música plena de subrayados simbólicos, de avances inesperados en la técnica, de claro camino por momentos hacia la ópera
–Orfeo ya tenía años–, de una honda consciencia espiritual
(Salve Regina), luciendo estupendas voces solistas, muy cualificadas en estilo y carácter (Salve
Regina II) y en este caso con un cuidado trabajo de ritmos y alternancias de voces. La secuencia, además, comenzó con la gama de contrastes del Dixit Dominus y un crescendo de intensidad y densidad vocal.
Hay que decir que la instrumentación, cuyos recursos ya son conocidos, ha estado en este caso muy ajustada y brillante, muy acorde con el carácter y las necesidades expresivas. Un grupo nutrido de trombones en las zonas tenebrosas, brillantes en el Credo –que modificó el programa previsto, incluyendo el
Crucifixus y piezas siguientes–, la agilidad ornamental de los cornetti en buena consonancia con los solistas vocales (en el clásico Ut queant laxis...), un exquisito equilibrio en Laudate Dominum, y el juego rítmico y de Gloria en el final. Precisión en este mundo cambiante en la paleta instrumental, incluyendo la Lira (una variedad de la viola da gamba), gamba y violone y muy acertadas y centrales las tiorbas y el continuo.