Autopista para los coches autónomos
La Comisión propone a los estados crear un corredor paneuropeo de conducción automática
La Comisión Europea prepara un corredor paneuropeo por el que podrán circular caravanas de camiones autónomos y coches no tripulados. La dirección general de Redes de Comunicación, Contenido y Tecnologías ha invitado a los estados miembros a participar y a comunicar cuáles de sus autopistas están interesados en conectar en una primera prueba piloto. “Lógicamente ha de ser un corredor conectado, de modo que aunque se ha invitado a todos los países, acabarán participando aquellos que quieran y que por vecindad permitan dar continuidad a la infraestructura”, explica Roberto Viola.
Y apunta que la idea es, una vez elegida la red de autopistas, dotar estas de infraestructuras inalámbricas con la nueva generación de tecnología móvil para asegurar la conectividad de los vehículos de conducción automática. Según Viola, el corredor se plantea para que todos los países europeos puedan experimentar juntos el uso del coche autónomo y puedan compartir datos sobre su funcionamiento, sobre los problemas de seguridad que plantean y sobre su utilidad para reducir accidentes o regular el tráfico. “Se trata de experimentar juntos con vistas a establecer una regulación única y de ver qué normas relacionadas con la responsabilidad o con el acceso y la protección de datos hace falta implementar” para poder dar vía libre a la comercialización y uso de los vehículos de conducción automática o no tripulados en Europa, indica.
Hay consenso entre los expertos en que la actual legislación europea resulta insuficiente para atender los desafíos que plantea la circulación de los coches autónomos y es necesario adaptarla o crear una nueva regulación que determine quién se responsabiliza de los errores, infracciones o daños que cometa un vehículo no tripulado y quién accede a toda la información que va a manejar.
Y no todo se reduce a prever quién paga en caso de accidente. La circulación del coche autónomo plantea múltiples dilemas éticos aún sin resolver. “No se trata sólo de decidir si el vehículo debe estar programado para proteger la vida de los pasajeros o de los viandantes, sino de plantearse a dónde nos va a llevar, si tal vez una cadena de supermercados pagará para que el coche nos lleve a sus establecimientos”, advierte el profesor de Sistemas Cognitivos y Robóticos de la Universidad de Plymouth Tony Belpaeme.
Con todo, las grandes aseguradoras pronostican que la generalización de los vehículos autónomos supondrá una reducción de los accidentes porque en torno al 90% de los actuales obedecen a errores humanos.
La circulación de los vehículos no tripulados plantea dilemas éticos aún sin resolver