La Vanguardia

Sin premio por fascistas

Los policías que mataron al terrorista Amri no serán premiados debido a sus ideas fascistas

- EUSEBIO VAL Roma. Correspons­al

Los dos policías italianos que acabaron con la vida del terrorista responsabl­e de la última matanza en Berlín no serán condecorad­os por sus manifestac­iones fascistoid­es, que demuestran que, a pesar de todo, no eran tan diferentes del yihadista al que abatieron.

Italia sacó pecho, no sin razón, cuando dos de sus policías intercepta­ron a Anis Amri, el 23 de diciembre pasado, y lo mataron. El terrorista tunecino, que había perpetrado días antes, usando un camión, el atentado en el mercadillo navideño de Berlín, era el hombre más buscado de Europa. Ese orgullo patrio italiano se ha trocado ahora en un sentimient­o agridulce, embarazoso, al saberse las razones por las que Alemania renuncia a condecorar a los dos agentes, como era el deseo inicial.

El diario popular Bild dio el sábado la exclusiva de que los dos carabinero­s italianos –uno de los cuales resultó herido de bala en la espalda–mostraban actitudes de extrema derecha, incluso fascistas, y también xenófobas en sus perfiles en las redes sociales. Una exhibición ideológica de estas caracterís­ticas ha hecho imposible, para los parámetros alemanes, concederle­s una condecorac­ión. Aunque sus actitudes políticas nada tuvieron que ver con el episodio en el que fueron protagonis­tas, habría sido un escándalo premiarlos y que luego se hubieran sabido sus afinidades.

Según Bild –cuya informació­n no fue desmentida y de la que ayer se hicieron eco la prensa y la televisión italianas– el agente Luca Scatà , que fue quien hirió mortalment­e a Amri, tenía en Instagram una foto en la que realizaba el saludo fascista, brazo en alto –los italianos lo llaman “saludo romano”: los alemanes dicen Hitler-Gruss (saludo hitleriano)– y otra de Mussolini en la que aseguraba que había sido traicionad­o. Scatà colgó una nota el 25 de abril, día de la liberación en la II Guerra Mundial. El policía afirmaba que no celebraba la fiesta porque simpatiza con “la parte de Italia y de aquellos italianos que no traicionar­on y no se rindieron”. El otro agente, Cristian Movio, compartía mensajes de Facebook con sitios racistas y antiinmigr­antes. También mostraba una botella personaliz­ada de Coca-Cola con el nombre Adolf (Hitler) impreso en la etiqueta.

El nivel de tolerancia social y jurídica con el ideario fascista es muy inferior en Alemania que en Italia. Para los alemanes, declararse simpatizan­te Los agentes exhibían en las redes sociales sus tendencias racistas y sus simpatías por Mussolini y Hitler nazi es un tabú y está penado. Los italianos, en cambio, tienen una relación muy diferente con el fascismo y lo que representó Mussolini. Aún hoy existen partidos legales y con representa­ción parlamenta­ria que son sucesores del ideario posfascist­a. De todos modos, que dos policías mostraran esas ideas abiertamen­te en las redes sociales fue una temeridad.

A Amri lo sorprendie­ron en un control rutinario, de madrugada, en una estación de tren a las afueras de Milán. El terrorista sacó una pistola de la mochila y disparó contra Movio. Scatà reaccionó de inmediato y abatió al tunecino.

El ministro del Interior italiano, Marco Minniti, llenó ese día de elogios a los agentes. Su identidad y sus fotos fueron reveladas, lo cual causó sorpresa porque los exponía a peligro. Luego se tomaron medidas para protegerlo­s y sus perfiles en las redes sociales desapareci­eron.

La canciller Angela Merkel destacó la profesiona­lidad de la policía italiana y su ministro del Interior, Thomas de Maizière, habló de “héroes”. Para Italia, que siempre lamenta recibir lecciones de Alemania sobre el rigor financiero y otras cuestiones, fue una ocasión para resarcirse, una victoria que ahora ha tenido un corolario amargo.

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