Suiza facilita la naturalización de los nietos de inmigrantes
Los nietos de los inmigrantes que llegaron hace decenios a Suiza verán rebajadas las exigencias para obtener la nacionalidad del país helvético. Así lo votaron ayer en referéndum un 60,4% de quienes emitieron su voto. Sólo siete de los 26 cantones en que se divide el país, todos germanófonos, votaron en contra. La campaña en favor del No de la ultraderechista UDC, con pasquines que mostraban a una mujer con niqab, cayó en saco roto.
La propuesta del Gobierno no supone la adquisición automática de la nacionalidad sino que agiliza los trámites para que los extranjeros de tercera generación se conviertan en ciudadanos de pleno derecho. Será una vía similar a la ya en vigor para los cónyuges extranjeros de los suizos.
La cuarta parte de los 8,2 millones habitantes de Suiza es de origen extranjero, la mayoría de origen italiano y turco. También hay una importante colonia española.
La extrema derecha había jugado la baza de la islamofobia para pedir el voto en contra de la medida. El diputado de UDC Jean-Luc Adnor, copresidente también de un comité contrario a facilitar la naturalización, reconoció su derrota a la vez que declaraba: “Tengo miedo de que el problema del islam nos pille dentro de unos años”.
Suiza no se ha visto afectada por la última oleada de inmigrantes económicos y refugiados que se vive en numerosos países europeos.
Para acceder a la nacionalidad helvética, los nietos de inmigrantes de menos de 25 años (edad a la que ya no son llamados para hacer el servicio militar) tendrán que acreditar haber nacido en Suiza y haber asistido al colegio un mínimo de cinco años. Además, deberán dominar una de las cuatro lenguas oficiales del país (alemán, francés, italiano y romance) y respetar las leyes y los valores fundamentales de la Constitución. Quienes reciban alguna ayuda social no podrán acogerse a la medida recién aprobada.
La modificación del sistema fiscal del que se benefician las multinacionales también fue sometida a referéndum, pero en este caso fue rechazada por un 59,1% de los votantes. Esta decisión puede acarrearle a Suiza entrar en la lista negra de la UE y la OCDE, que consideran que lleva a cabo una competencia desleal respecto a otros países europeos.
Sin embargo, el Partido Socialista se opuso argumentando que la reforma acabaría beneficiando a las empresas y perjudicando a los ciudadanos porque el contribuyente pagaría lo dejado de recaudar a las corporaciones, que podrían beneficiarse de otras rebajas tributarias.