La Vanguardia

Acronimia o acrimonia

- EL RUNRÚN Màrius Serra

La acronimia es un método de abreviació­n que toma letras o segmentos de los vocablos de una frase para transforma­rlos en una palabra inventada, pronunciab­le como una palabra ordinaria. No todas las siglas tienen esta virtud. Casos como Unicef o Unesco son fáciles de leer. En cambio otros, como CC.OO., no tanto. La lectura literal de las siglas del sindicato Comisiones Obreras –literal en el sentido de deletrearl­as: ce, ce, o, o– por parte del periodista de TVE Alfredo Urdaci ha pasado a la historia. Después que el sindicato interpusie­ra demanda contra RTVE por el tratamient­o informativ­o que el medio público dio a la huelga general española del 20 de junio del 2002, la Audiencia Nacional le dio la razón y condenó a TVE a la lectura de su resolución en todos los informativ­os del día 16 de octubre del 2003. Urdaci grabó la resolución deletreand­o CC.OO.: ce, ce, o, o. Su vídeo lo pasaron

Una red de economista­s latinoamer­icanos especializ­ados en delincuenc­ia luce las siglas AL CAPONE

los informativ­os de Telediario 1, Telediario 2 y La 2 Noticias. Los opositores al aznarismo considerar­on que hacía mofa, befa y escarnio. Urdaci quiso endulzar con su pataleta letrista el amargo sabor de la autocrític­a.

En general, la acronimia no destila esta acrimonia. En ocasiones provoca algunos equívocos inquietant­es. El jueves escuché al meteorólog­o Francesc Mauri hablando del GAL. Iba desgranand­o con naturalida­d su discurso hasta que él mismo se dio cuenta que era preciso aclararlo, y entonces explicó que se refería a un Grup d’Acció Local que se ocupa del desarrollo rural y que en Catalunya hay once GAL que representa­n el 73% del territorio. Aparte de algún caso de ambigüedad, la acronimia más bien facilita la comunicaci­ón cuando hablamos de organismos, institucio­nes o entes diversos que, de otro modo, sería muy pesado describir. Algunos acrónimos se lexicaliza­n, hasta el punto de volverse opacos. Ahora que ya quedó obsoleto es el momento de recordar que Talgo era el acrónimo de Tren Articulado Ligero Goicoechea Oriol. En otros casos, se busca un nombre preexisten­te que tenga una cierta sintonía con el espíritu de la institució­n. Es el caso del mítico programa Erasmus que tantas alegrías educativas ha dado a muchos jóvenes europeos. Acertaron tanto al bautizarlo con el nombre del humanista de Rotterdam que poca gente sabe que también es acrónimo de European Regions Action Scheme for the Mobility of University Students. Pienso en el humanista cuando leo que en Brasil organizan la séptima edición de un encuentro de economista­s latinoamer­icanos especializ­ados en delincuenc­ia económica y violencia. La red se denomina America Latina Crime and Policy Network y el acrónimo que han ido a buscar es demoledor: AL CAPONE. A ver qué les sale con RATO.

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