El ballet se apunta al gym
La danza clásica se posiciona como la moda de entrenamiento más adictiva
La danza ha proporcionado desde siempre cuerpos atléticos y estilizados. Saludables. Propios de deportistas de élite. “Una buena clase de ballet clásico resulta siempre una sesión de ejercicio rigurosa que tonifica desde los brazos, piernas, abdominales y dorsales hasta los pies, los tobillos o las muñecas”, explica Blanca Hartmann, bailarina profesional y directora del reciente estrenado Ballet Ruso Barcelona, donde ensayan hombres y mujeres, grandes y pequeños, profesionales y no profesionales. Cada vez más personas y con un perfil más diverso.
El ballet se está poniendo de moda porque resulta “un excelente ejercicio para todas las edades y que encaja muy bien con el ritmo de vida actual. Prueba de ello es que ahora en prácticamente todos los centros de fitness han incluido el ballet fit ,el barre conditioning, el power ballet... y una larga lista de otras derivaciones de las clases típicas de danza a modo de entrenamiento”, señala Hartmann.
A las notables exigencias físicas que reclama la práctica del ballet, hay que añadir “la disciplina y la concentración que implica seguir una clase y el enorme trabajo de equilibrio y de salud postural que requiere”, añade. Eso ha hecho que muchos profesionales del deporte de alta competición tomaran nota de sus beneficios y que tomar clases de ballet sea habitual entre los futbolistas (pasa mucho en Estados Unidos y Rio Ferdinand, exjugador del Manchester United, también ha confesado en alguna ocasión que el ballet mejoró su equilibrio, flexibilidad y tonificación) y hasta entre jugadores de rugby (el exbailarín de la Bolshói Misha Botting ha trabajado a menudo con el equipo escocés de rugby 7).
Así que lo que parecía una gran contradicción, el ballet dentro del gimnasio, es una tendencia al alza. Una de las pioneras de esta nueva manera de entender el clásico de toda la vida fue la sala madrileña Gym Boutique by Martín Giacchetta. Ya hace un par de años que combinan en sus clases el ballet con el fitness. Bautizaron el invento como Power Ballet. Las instructoras de esta nueva metodología resumen que es “un entrena- miento para bailarines adaptado a personas no profesionales del sector, con una base de suelo inspirada en el pilates, mejorando la conciencia del cuerpo y colocación de espalda correcta, ejercitando con inspiración en fitness el abdomen, piernas, lumbar, bra-
El exjugador del Manchester United Rio Ferdinand se ejercitó en la barra El equipo escocés de rugby 7 trabajó con el bailarín de la Bolshói Misha Botting
zos, dorsal y glúteo, adquiriendo flexibilidad de forma gradual”.
En los dos últimos años (y sobre todo a raíz del éxito de Natalie Portman en la película Cisne negro), el ballet se ha ido instaurando como el entrenamiento preferido entre celebridades de Hollywood y modelos supercotizadas (desde Miranda Kerr, Gigi Hadid, Alessandra Ambrosio a Karlie Kloss no se cansan de colgar imágenes en Instagram de sus prácticas), pero también ha entrado con fuerza en España. Tanto en forma de la apertura de nuevos estudios dedicados a la danza, como dentro de las grandes cadenas.
Es el caso de McFit. Con más de 250 gimnasios por toda Europa, acaba de inaugurar un nuevo centro ¡dentro del metro de Madrid! en el que el ballet es una de sus disciplinas estrella. También esa es una de las prácticas que mejor acogida tiene en Clubs DiR, el grupo de fitness líder en Catalunya, que ha creado Ballet Fit, con Gloria Morales. Bailarina profesional de ballet se basa “en la técnica del aprendizaje de esta disciplina de la danza combinado con elementos de entrenamiento de fitness al ritmo del piano y hits musicales en los bloques más intensos”. Según Morales, que ya ha instaurado sesenta sesiones colectivas en los 16 clubs de la cadena, es una clase “ideal para quienes quieren tonificar y modelar el cuerpo trabajando al mismo tiempo la flexibilidad y la percepción del propio cuerpo”.