La compra en casa
Damos vueltas todo el día por la ciudad para que tú no lo hagas. Este es uno de los lemas que rezan en las furgonetas de reparto de una empresa de venta on line. Leyendo este señuelo publicitario en medio del atasco diario pensé en el problema que puede suponer para la movilidad que se ponga de moda llenar de camionetas las calles de Barcelona para que nos traigan todas las compras a casa. Los técnicos municipales conocen este riesgo y afirman que el fenómeno todavía no es crítico para la ciudad aunque han comprobado que es creciente y que a medio plazo podría convertirse en un dolor de cabeza más para la circulación.
El comercio virtual tiene muchas ventajas. Puedes comprar a cualquiera hora y recibir el producto en un plazo breve. En este sentido, las empresas compiten entre ellas para ver quién realiza las entregas con mayor rapidez. Los usuarios se están lanzando a gran velocidad a utilizar esta modalidad de consumo que algunos comercios tradicionales observan con recelo por la clara competencia que les supone. No obstante, las tiendas también pueden impulsar sus actividades a través de internet, así como los negocios nacidos en la red tienden a buscar espacios físicos para servir a sus clientes.
En cualquier caso, es bueno y necesario que la administración local esté atenta a la evolución de este mercado para preparar el impacto que tendrá en la ciudad. De hecho, los expertos ya tienen precedentes de cómo la movilidad sufre los efectos de la evolución de la economía. Un ejemplo lo encontramos en las consecuencias del alto precio de los alquileres comerciales en Barcelona que obliga a reducir la superficie de los negocios hasta el punto que, en muchos casos, prescinden de espacio para almacén y lo sustituyen con furgonetas que se desplazan todo el día para abastecerlos.
Ahora estamos en la antesala de la eclosión del llamado e-commerce, que crece a un ritmo superior al 20% anual y que previsiblemente obligará a modificar parte de la configuración de la normativa local de la carga y descarga, actualmente muy estricta en los horarios especialmente en las zonas más céntricas o peatonales. Adrià Gomila, director de Serveis de Mobilitat de Barcelona, confía en que la tecnología ayude al Ayuntamiento a prever el problema y a plantear soluciones con antelación. La experiencia del proyecto Área DUM ha digitalizado a casi 100.000 transportistas gracias a que están obligados a utilizar una aplicación móvil que les permite usar las zonas de carga y descarga. Esta app aporta hoy una información muy valiosa para intuir hacia dónde se encamina este sector. Por ejemplo, se observa un notable incremento de las operaciones motivado por la recuperación económica y también por la influencia de la mencionada moda de la compra virtual. Ya ven, internet crea el problema, pero también puede aportar la solución siempre y cuando seamos capaces de aplicarla a tiempo.
El Ayuntamiento observa con atención cómo empieza a afectar el comercio on line a la movilidad de Barcelona