Reencuentro feliz
El Teatre Joventut de l’Hospitalet se puso de bote en bote el pasado viernes para asistir al reencuentro artístico entre Francesc Pi de la Serra y Maria del Mar Bonet. Dentro de los actos de celebración de los cincuenta años en la música de la gran dama de la canción mediterránea, el festival Barnasants ha tenido la brillante idea de volver a poner en escena a este dúo que causó sensación en 1979 con sus recitales
Corpus al Romea y su subsiguiente álbum Quico i Maria del
Mar.
Acompañados por un rutilante quinteto con un discurso claramente escorado hacia el blues, ambos artistas hicieron las delicias del respetable por espacio de casi dos horas, mezclando sabiamente su repertorio conjunto con algunos de los temas más representativos de sus respectivas carreras en solitario.
Guitarra eléctrica en ristre, Pi de la Serra abrió la veda al frente del quinteto con un excitante blues (Hey hey baby) de su héroe Big Bill Broonzy. Antes de que Maria del Mar Bonet, vestida con un elegante traje oscuro, apareciese en el escenario del Joventut para interpretar a dúo con Quico, Repoblació forestal, el primero de los temas de su repertorio conjunto.
Alternando los dúos con los solos, Pi de la Serra intercaló potentes versiones de sus grandes clásicos La cultura y L’home del
carrer, mientras que Maria del Mar bordaba con su arte vocal incomparable dos de las joyas contenidas en su obra conjunta:
Nocturna (preciosa composición de Quico) y Petita festa (toda una maravilla de Toti Soler).
Entre las ovaciones de un público entregado, Maria del Mar nos encandiló ya en la parte final con una primorosa interpretación de Jim, todo un clásico del
American songbook grabado originalmente por Dinah Shore en 1941 y popularizado después por Billie Holiday. Antes de redondear el concierto con otra perla:
Es fa llarg esperar de Pau Riba. Aplaudidos a rabiar, los artistas volvieron a salir para cantar conjuntamente un energético
M’agrada el blues, en una tanda de bises que también incluyó el primigenio hit de Maria del Mar
Què volen aquesta gent y el ineludible clásico de Quico Si els
fills de puta volessin..., que levantó al público de sus asientos.