La autocrítica de Zidane
El técnico reconoce que se equivocó y asume que ya no volverá a la defensa de tres
La victoria en Pamplona dejó un sabor agridulce en el Madrid, que salvó el liderato gracias a una segunda parte en la que pudo arreglar el desaguisado de la primera por factores tan paradójicos como la lesión de Danilo, que llevó a Zidane a recomponer el esquema y volver a una defensa de cuatro. El francés reconoció luego en la sala de prensa que el experimento de jugar con tres centrales no había funcionado. “Hemos tenido más equilibrio con cuatro defensas. Tendré que ver el partido de nuevo y ver qué pasa. A veces (con tres defensas) nos falta concentración”.
No es precisamente la primera vez que el Madrid tropieza este año en la misma piedra. Las dos veces anteriores que el Madrid había jugado así de salida todo se le acabó torciendo. La primera cita en la que a Zidane le dio por inventar con la defensa de tres fue en la Liga en Sevilla. El equipo aguantó bastante bien 82 minutos, pero se vino abajo al final por culpa de un autogol de Danilo y otro tanto de Jovetic en el añadido. La derrota terminó con el récord de 40 partidos invictos.
El Madrid volvió a repetir esquema una semana después en Balaídos en partido de la Copa con la necesidad de remontar el 1-2 de la ida. Tampoco le sirvió. Los blancos dominaron más el balón, pero el control de la eliminatoria estuvo siempre en manos del Celta y los de Zidane sólo consiguieron un insuficiente 2-2 gracias a un gol de Lucas Vázquez en el minuto 91.
Con dichos precedentes, Zidane volvió a insistir el sábado con los tres centrales en el Sadar, un escenario que siempre le plantea dificultades al Madrid. La primera parte fue un desastre, con más llegadas de Osasuna, y el partido sólo se pudo arreglar una vez que la lesión de Danilo llevó a Zidane a volver a una defensa de cuatro y reforzar el centro de campo con centrocampistas como James y más tarde Lucas Vázquez y Kovacic. De Pamplona volvió a salir muy tocado Karim Benzema, del que ya se ha perdido la cuenta del número de malos partidos y las ocasiones clamorosas falladas esta temporada. El francés, pitado cada vez con más saña por el Bernabeu y cuyo contrato termina en el 2018, lleva un comienzo de año señalado por errores como la pérdida del balón que propició el gol de Jovetic en el Pizjuán, un fallo a puerta vacía ante el Celta en el último minuto del partido copero del Bernabeu o en Pamplona otro fallo a bocajarro ante Sirigu.
Aunque Zidane defiende con vehemencia a su compatriota en la sala de prensa cada vez que tiene oportunidad, en Pamplona le cambió a falta de 20 minutos por Lucas Vázquez. La entrada del gallego propició que de nuevo Morata, el sustituto natural de Benzema, se quedara en el banquillo. Todo apunta a que el canterano volverá a cambiar de aires al término de la temporada.
En una entrevista ayer en el Corriere dello Sport, Morata confesaba su desilusión por la situación que atraviesa: “Estoy feliz pero quiero jugar más. Ahora tenemos la Champions además de la Liga; veremos si el entrenador apuesta por mí”.
La buena noticia para los blancos de cara al partido del miércoles con el Nápoles es que Bale volvió ayer a entrenarse con el grupo. Lesionado en el tobillo el 21 de noviembre y operado unos días después, se esperaba que el galés volviese a los terrenos de juego en marzo o abril. La recuperación ha ido más rápido de lo previsto y aunque es poco probable que Zidane arriesgue a ponerlo este miércoles sí que podría tener minutos ante el Espanyol el sábado o el día 22 en Mestalla.
Las críticas se ceban una vez más con Benzema, y Morata apunta que está harto de ser suplente Bale se entrenó ayer por primera vez con el grupo tras su lesión de tobillo y su regreso es ya inminente