La opinión bien, ¿y los datos?
Ha muerto el profesor y divulgador sueco Hans Rosling, conocido por su lucha mediante la visualización de datos contra las ideas preconcebidas. Al profesor Rosling lo pude ver hace un par de años en Davos en una magistral presentación llamada Desarrollo sotenible: aclarando los hechos, una de las mejores conferencias que nunca he visto (la pueden ver en YouTube).
Sólo en el escenario del auditorio principal, con la pantalla LED más grande de Europa detrás y con los líderes más influyentes del mundo delante, mostraba datos de desarrollo global, de una manera visual y comprensible, mientras los señalaba con un palo con una punta de papel de plata pegada con celo. Un espectáculo. Por otro lado, los asistentes respondían a las preguntas que el profesor les formulaba mediante unos pulsadores al tiempo que la gran pantalla mostraba los resultados.
Uno tras otro, los falsos mitos e ideas preconcebidas de la audiencia sobre el desarrollo global iban cayendo mientras sus prejuicios quedaban en evidencia a cada respuesta. En un momento dado el profesor confesó que había hecho las mismas preguntas a un grupo de monos del zoo y que habían obtenido un grado de acierto mayor que el de la educada audiencia del Fórum Económico Mundial.
Con la misión de luchar contra prejuicios, ideas preestablecidas y falsos mitos mediante datos incontestables y comprensibles para todo el mundo, en el 2005 fundó con su mujer y su hijo el Fact Tank (no Think Tank) Gapminder. En palabras del profesor: “Los humanos nacemos con un deseo por la grasa y el azúcar. Pero también nacemos con un deseo por el dramatismo. Nos fijamos en las historias dramáticas y nos aburrimos si no pasa nada”.
El trabajo de periodistas, opinadores, políticos y grupos de presión es explicar historias extraordinarias a gente normal para llevarlos a la acción. Tenemos el cerebro programado para reaccionar a titulares del tipo “La gente ya está harta”, “Somos nosotros contra ellos”, “Ya no cabemos” o “Los de fuera nos roban el trabajo”, y reaccionamos en consecuencia sin tener datos concretos.
Pero la realidad es tozuda. Nunca como ahora habíamos tenido tantos datos, de tanta calidad y nunca tanta gente había tenido acceso a ellos. Los datos, contrariamente al discurso predominante, muestran que el mundo no está tan dividido como creemos, que el crecimiento exponencial de la población se está frenando, que la media de hijos de las mujeres de Bangladesh es de 2,1 y que más gente que nunca goza de bienestar. El mundo está muy lejos de ser perfecto y no sabemos qué nos depara el futuro, pero tomar decisiones basadas en premisas falsas seguro que no es el camino. Pero no hace falta que se crean mi opinión, visiten gapminder.org/toolsy lo podrán comprobar ustedes mismos.
Tomamos decisiones basadas en prejuicios, ideas preestablecidas y falsos mitos