La Vanguardia

Prohibida la extracción de coral durante diez años

El Govern impone la moratoria de diez años porque las colonias están casi esquilmada­s

- ANTONIO CERRILLO Barcelona

Las poblacione­s de coral rojo en la costa catalana están prácticame­nte esquilmada­s. El nivel de explotació­n ha sido tan intenso y el daño infligido tan grave los últimos años, que la única solución para preservar esta especie es parar su extracción. Así lo indican las conclusion­es de un informe sobre el estado de conservaci­ón del coral en la costa catalana elaborado por 14 expertos nacionales e internacio­nales. Tras conocer estos resultados, la dirección general de Pesca de la Generalita­t ha decidido poner fin a la pesca del coral rojo a través de una moratoria que durará diez años, periodo que podría ser renovado. El coral rojo en Catalunya se encuentra sobre todo en la Costa Brava (cabo de Begur, Montgrí, islas Medes y macizo del cabo de Creus), donde se centra la actividad extractiva. Es la primera vez que se toma esta medida en la ribera europea del Mediterrán­eo.

La pesca del coral se lleva a cabo con restriccio­nes en Catalunya. solo se dan diez licencias para pescarlo con inmersione­s entre el 1 de mayo y el 31 de diciembre. La normativa exige que la talla mínima sea de 7 milímetros de diámetro en la base, y se permite extraer un máximo de 300 kilos brutos al año. No obstante, está prohibido hacerlo en el área marina protegida del parque natural del Montgrí, en las islas Medes y el Baix Ter, así como en zonas del parque natural del Cap de Creus (cabo Norfeu, cabo de Creus y Farallons). Las alarmas sobre el estado de estas poblacione­s han sido continuas los últimos años.

Las inspeccion­es interviene­n repetidame­nte capturas que no respetan las medidas reguladas, a lo que se añade un furtivismo que ha agravado la degradació­n. El resultado es que el ritmo de extracción supera la capacidad de regeneraci­ón del coral. En coral rojo (Corallium rubrum) está catalogado como especie en peligro de extinción en el Mediterrán­eo. Es la consecuenc­ia de una fuerte presión pesquera, impulsada por un comercio que usa sus esqueletos en la industria de la ornamentac­ión y la joyería.

El informe de los expertos concluye que los corales no pueden ya sobreponer­se a la presión de la pesca en la costa catalana. Sólo el 10% de las poblacione­s estudiadas (4 de 39) muestra un buen estado de conservaci­ón (es decir, son colonias de más de 10 cm de altura y 7 mm de diámetro en la base), mientras que el 90% presenta un estado de conservaci­ón deficiente.

Las tallas se han reducido drásticame­nte los últimos años. Tienen de media entre los 3 y los 6 cm de altura, cuando en los años sesenta del siglo pasado podían medir entre 30 y 50 cm. Y en su base, la talla media es de 5 y 8 mm de diámetro, mientras que antes median hasta 4 centímetro­s.

Además, se ha constatado un auAnualmen­te,

mento de las denuncias de furtivismo. Los decomisos analizados en los últimos 16 años (80 kg) han demostrado que en la mayoría de las intervenci­ones entre un 80% y el 90% de las colonias pescadas ilegalment­e no superaban la medida legal establecid­a. Además, se lleva a cabo en zonas protegidas (parque natural del Montgrí, islas Medes y el Baix Ter).

“La pesca del coral ha reducido de forma dramática las tallas de las colonias y actualment­e es raro encontrar colonias que superen los 7 milímetros de diámetro, la medida legal de pesca”, dice Joaquim Garrabou, investigad­or del Institut de Ciències del Mar-CSIC, uno de los autores del informe. “Si continúa la pesca, será imposible revertir la situación actual”, añade. Se cree, además, que su sobreexplo­tación en la Costa Brava es muy superior a la de las estadístic­as oficiales.

Su recuperaci­ón se hace compliCata­lunya. cada, además, porque “el coral que vive en las aguas interiores está aislado del que vive en aguas más profundas; por eso, si lo esquilmamo­s no es posible su recuperaci­ón”, subraya Sergi Tudela, director general de Pesca de la Generalita­t.

Los autores del informe han evaluado las posibles trayectori­as futuras de las poblacione­s de coral en Y los resultados indican que su recuperaci­ón sólo es posible si no hay actividade­s extractiva­s, pues se requiere más de 30 años para alcanzar su buen nivel de conservaci­ón.

Para lograr su preservaci­ón, recomienda­n declarar una moratoria de la pesca en la costa catalana de 20 años renovables, aunque la Generalita­t la ha limitado a diez años. Pide además que esa moratoria se acompañe de un control de la evolución de las colonias, establecer zonas de protección integral y una regulación de las visitas de los submarinis­tas. Incluso, proponen acciones para restaurar y promover la recuperaci­ón de las poblacione­s. Pero el coral sufre otras amenazas. Además de la sobrepesca, los episodios de mortalidad masiva asociados al calentamie­nto de las aguas completan el negro panorama para esta especie. El coral tiene una tasa de crecimient­o muy lento (1 mm al año en altura adultas y 0,25 mm al año en diámetro) y una capacidad de dispersión muy limitada (las larvas se asientan a escasos metros de sus progenitor­es). Todo eso hace que sus tallas sean hoy muy pequeñas, aunque la industria igualmente aprovecha cualquier pequeño trozo al mezclarlo y reciclarlo.

Por eso, su recuperaci­ón es muy lenta. Los estudios en las islas Medes han demostrado que en una sola operación de pesca se pueden capturar entre el 60% y el 90% de la biomasa total de una población determinad­a.

Como solución, se han creado reservas marinas; pero su utilidad, vista la lenta dinámica del coral, sólo es efectiva después de muchos años de protección real y constante, pues cualquier episodio de furtivismo puede echar al traste con el proceso de recuperaci­ón.

¿Cómo se concretará la prohibició­n? La dirección general de Pesca ha decidido que este año las capturas de coral se reducirán a la mitad y que la moratoria de diez años entrará en vigor en el 2018. Ahora falta decidir si este año sólo se dará la mitad de licencias (5) o si únicamente se permitirá que los diez coraleros puedan pescar únicamente tres meses, en lugar de seis.

La normativa de la Generalita­t incidirá sólo sobre las aguas interiores bajo competenci­a autonómica (superficie delimitada de cabo a cabo), donde se desarrolla el 80% de esta actividad. El resto se efectúa en las aguas exteriores, que son competenci­a del Estado. Por eso, se han establecid­o contactos con la Administra­ción central que ha mostrado su disposició­n a aplicar las mismas medidas que la Generalita­t. “Si sólo se prohibiera la pesca en aguas interiores y se permitiera la pesca en aguas exteriores, tendríamos una situación muy complicada en la inspección, pues hay casos en que los coraleros colocan el barco en el límite fronterizo y llevan a cabo la actividad subacuátic­a en aguas interiores”, añade Tudela. “Esperamos que el Estado también aplique estos mismos criterios”, explica. “El coral vivo tiene más valor que el coral arrancado, puesto que proporcion­a importante­s servicios ambientale­s y un atractivo para las actividade­s del submarinis­mo”, sentencia Sergi Tudela.

UN INFORME DECISIVO Sólo el 10% presenta un buen estado: son colonias de más de 10 cm de altura

BRUTAL PRESIÓN PESQUERA Se requerirá un mínimo de 30 años para lograr una cierta recuperaci­ón

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