Una noche para lucirse
El termómetro de la Champions y un PSG crecido exigen un Barça a la altura
En la piscina del hotel del Barça en París, el Molitor, el Tarzán Johnny Weissmuller trabajó un tiempo como socorrista y se enseñaron los primeros bikinis de Francia. Ningún sitio más lujoso y glamuroso para zambullirse en las aguas de la Champions y para lucir galas de postín. El peaje de las rotaciones, las dosificaciones y la irregularidad extrema del juego blaugrana deben servir para que esta noche el equipo de Luis Enrique muestre su mejor rostro de la temporada. Vuelve Europa, donde los errores se pagan sin remisión y donde la intensidad se multiplica, en especial en el partido de ida de octavos de final. Es un momento en el que se descorchan las emociones tras el parón invernal, donde se aparca el ahorro de energías y donde la campaña empieza a convertirse en una encrucijada. Nada extraño para el Barcelona, que pisa terreno conocido porque es la cuarta vez que desembarca en el Parque de los Príncipes desde el 2013 y porque busca su décima presencia consecutiva en los cuartos. “Tenemos buenos recuerdos de aquí. Hemos de plantearnos el partido de ida como si no hubiera el de vuelta, con la intención de ganar y ser mejores que el rival”, pidió el entrenador barcelonista.
Pese al crecimiento del PSG, la experiencia y el pedigrí son patrimonio del Barça. Sin embargo, sólo con los galones no será suficiente para franquear la eliminatoria ni para dar el primer paso con vistas al partido de vuelta del Camp Nou del 8 de marzo. Lo sabe Luis Enrique y así lo entiende el estudioso Unai Emery, en su aventura en el banquillo parisino. El técnico blaugrana intuye un rival al abordaje, un escenario similar al de partidos como los del Athletic o la Real Sociedad. “Espero un PSG valiente, Emery siempre ha intentado complicarnos la vida desde la presión. Si hay un técnico que conoce al Barça en toda Europa ese es Emery y eso es un peligro añadido. Es un equipo más ordenado y mejor estructurado que en años anteriores”, avisó Lucho.
Unai le ha causado más problemas al Barcelona de los que indica su única victoria ante los blaugrana en 23 encuentros. Una cifra que obsesiona en Francia y que no paran de recordarle al entrenador, junto con la evocación de los dos cruces más recientes en los que los del Parque de los Príncipes cayeron con el Barcelona. Fue en el 2013 y el 2015. Emery contesta con su clásico manual de autoayuda y motivación: “Trabajo sobre los momentos y sobre escribir nuevas historias, nuevas ilusiones. No nos sentimos inferiores a nadie. Tenemos jugadores muy importantes que crecen en el PSG y que quieren escribir una bella historia profesional con este club”. Discurso que entronca con el lema de la entidad y que aparece por todas partes: “Rêvons plus grand” (Soñemos a lo grande). Unos deseos que sufrieron ayer un golpe cuando
L’Équipe avanzó la baja del capitán Thiago Silva por un problema muscular que le impidió entrenarse. Su sustituto puede ser el inexperto Kimpembe, de 21 años.
En París ven al Barça más vulnerable que antaño. Pero el equipo blaugrana llega con el depósito más lleno de confianza tras su sencillo triunfo en Vitoria y después de sus ejercicios de supervivencia en la Copa del Rey. “Creo que estamos bien, hemos podido repartir los minutos entre casi todo el mundo y espero que estemos a la altura de lo que ha sido este equipo en las últimas temporadas”, clamó Luis Enrique.
Aunque para moral la del PSG. Inmerso en una dinámica negativa hasta Navidad, con el equipo huérfano de Ibrahimovic pese a la explosión goleadora de un inmenso Cavani, el conjunto francés pasó página con el cambio de año y se ha impuesto en 9 de sus últimos 10 compromisos. Sí, sólo ante rivales franceses, pero ha adquirido una velocidad de crucero que no tenía. Quizá por esto Unai marcó territorio. “No vamos a cambiar drásticamente nuestro estilo. Tenemos muchas cualidades y queremos demostrarlas ante el Barcelona. Para mí cada oportunidad es un tesoro”.
No tienen los parisinos un tridente como el barcelonista, pero con Cavani, Draxler y Di María o Lucas Moura le pueden hacer daño a cualquiera. Además, han recuperado a su organizador, Verratti. Claro que lo mismo se puede decir del Barcelona que, tras cuidar al máximo al delicado Iniesta, ahora lo debe tener entero para este día D. A su lado estará Busquets, con el que el Barcelona recuperó el orden el sábado y, posiblemente, André Gomes. Aunque no hay que descartar la presencia de un Rakitic más avezado.
Juegue quien juegue en la medular el objetivo básico del Barça será meter un gol. Para conseguirlo sus delanteros tienen buenos recuerdos, pese a que Messi, un especialista en aguijonear a los equipos de Emery, se lesionó en una de sus visitas a París. La tripleta atacante blaugrana le ha metido 11 goles al PSG, con mención especial para Neymar, con 5. No es de extrañar que los parisinos quisieran echar el resto para ficharle.