Europa vista desde fuera
La búsqueda del cuerpo de la joven sevillana asesinada hace ocho años se retoma en el Guadalquivir con el apoyo de embarcaciones de la Armada
Con gritos de agradecimiento a España por su recién estrenada libertad y envueltos en banderas europeas y nacionales, 498 subsaharianos logran penetrar en Ceuta en el salto más numeroso de la valla.
Ocho años después del crimen, encontrar el cuerpo de Marta del Castillo sigue atormentando a los familiares, pero también a jueces y mandos policiales que cargan con la losa de haber sido incapaces de resolver lo que consideran “el último renglón del caso”. La sexta búsqueda oficial del cuerpo de la menor sevillana, asesinada por su novio, Miguel Carcaño en el 2009, comienza hoy con el trabajo de un barco hidrográfico aportado por la Armada, el Escandallo, que barrerá el río Guadalquivir con un potente sonar en busca de restos. Estará acompañado por un bote del buque Malaspina, también dotado de un radar de profundidad.
“Intuimos que el cuerpo está ahí, ante nuestras narices, pero no somos capaces de hallarlo”, explica un mando policial. “Para desembarazarse de Marta, Carcaño no tuvo tiempo de haber elegido un método demasiado sofisticado”. Con los datos aportados por el Escandallo, el lunes será el turno de los buzos del GEO, que volverán a sumergirse.
Marta del Castillo fue asesinada por Miguel Carcaño el 24 de enero del 2009. Una fuerte discusión derivó en una agresión con un cenicero, según la primera versión de Carcaño, que causó la muerte de la menor. Después, ayudado por Javier García, alias el Cuco, menor de edad, se deshizo del cuerpo. En el juicio, iniciado en octubre del 2011, Carcaño fue condenado por asesinato a 20 años de cárcel y el Cuco a dos años y 11 meses por colaboración y encubrimiento. También fueron juzgados y absueltos por falta de pruebas otro amigo, Samuel Benítez, el hermanastro de Carcaño, Francisco Javier Delgado y la novia de este.
Ahora se retoma la búsqueda en virtud de un informe que Antonio del Castillo, padre de Marta, entregó al juez en diciembre. Un informe elaborado por un periodista y un técnico, que “únicamente utiliza datos que ya se han hecho públicos sobre los que se realizan meras conjeturas, sin pruebas concretas”, asegura la Brigada de Policía Judicial en el oficio remitido al juez. “Entendemos que la familia quiera insistir hasta agotar todas las posibilidades, pero somos muy escépticos”, señalan fuentes policiales.
A partir de una información aportada por un ciudadano anónimo y una enfermera, que observó movimientos sospechosos la noche del crimen, el geofísico Luis Avial, que ya buscó a Marta con un georradar, y un periodista y criminólogo han llevado a cabo un estudio en la dársena del Guadalquivir con un radar submarino, que apunta la posibilidad de restos humanos en la zona.
Volver a buscar el cuerpo de Marta ha sido posible gracias a dos circunstancias: que el nuevo ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, siempre ha estado muy involucrado en el caso y que el juez instructor, Francisco de Asís Molina, abandona el juzgado para formar parte de la Audiencia Provincial y no quiere marcharse sin haber hecho todo lo posible por encontrar el cuerpo de Marta.
La Policía Nacional intervendrá en la búsqueda con cuatro unidades distintas: geos, planimetría, la Unidad de Intervención Policial (UIP) y Policía Judicial de Sevilla. El barco del Instituto Hidrográfico de la Marina barrerá la dársena del Guadalquivir entre los puentes de la Barqueta y el Alamillo, la zona fluvial más cercana al domicilio de Carcaño si se camina en línea recta, escenario donde se cometió el crimen. El juez Molina, sostiene que “no podemos descartar, como hipótesis de trabajo, que algunos puntos sensibles recogidos en el informe aportado por Antonio del Castillo puedan corresponderse con restos óseos humanos”. La posibilidad de que se pudiera certificar que los restos, si se encontraran, son de Marta del Castillo está garantizada para el Instituto de Medicina Legal de Sevilla. Los expertos aseguran que disponen de las técnicas adecuadas para la identificación, “pese a los ocho años transcurridos”.
Será la sexta búsqueda oficial del cuerpo. Dos de ellas en el río y otras tres en tierra firme: en una escombrera de Camas, en la finca Majaloba de La Rinconada, y en un vertedero de Alcalá de Guadaíra. Todas al hilo de las diferentes versiones que fue proporcionando Miguel Carcaño acerca de cómo se deshizo del cuerpo de la joven. Cientos de personas dedicadas a unos rastreos fallidos y más de 600.000 euros gastados en la búsqueda.
El rastreo se basa en un nuevo informe del padre de la víctima, pero la policía se muestra escéptica