Hasta 74 hoteles logran esquivar la moratoria y otros 33 se encallan
Hasta 74 proyectos hoteleros lograron esquivar la moratoria decretada por el gobierno de la alcaldesa Ada Colau y salir adelante. Son datos que el propio Ayuntamiento de Barcelona hizo públicos ayer. Las tramitaciones de otras 33 iniciativas se quedaron en el camino, primero de un modo provisional y, ahora, con la reciente aprobación del Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos (Peuat), de un modo definitivo. Hablamos de proyectos que se plantearon en zonas de Barcelona donde el Peuat ya no permite que se pongan en marcha nuevas plazas turísticas. Apenas cuatro iniciativas que se vieron frenadas por la moratoria tienen en estos momentos luz verde. Dos de ellas serán dos de las residencias de estudiantes más grandes de la ciudad. Una de ellas, en la parte alta de la Diagonal, sumará aproximadamente 500 plazas, y la otra, junto a la estación de Sants, unas 350. Además, también cabe destacar el caso de la torre Agbar, cuyos promotores, a pesar de tener los papeles en regla y del interés de varios operadores, renunciaron a llevar a cabo un proyecto que estaba despertando una gran expectación, en buena parte debido a las trabas municipales.
La teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, declaró que el volumen de proyectos que finalmente pudieron salir adelante ilustra “la situación de burbuja turística y de descontrol en que estaba instalada la ciudad”. Sanz abundó que “los datos demuestran que la inercia que llevábamos estaba conduciendo la ciudad hacia el monocultivo turístico, poniendo cada vez más en riesgo el derecho a la vivienda. La desregulación que había hasta ahora ofrecía barra libre a los promotores hoteleros y permitía que salieran adelante proyectos sin tener en cuenta la situación extrema de saturación a la que ya se estaba alcanzando en algunos barrios”. La concejal quiso subrayar que la mitad de las plazas turísticas de la ciudad se concentran en apenas el 17% de la superficie de Barcelona.
El problema, apuntan de manera reiterada desde el sector hotelero, es que el Ayuntamiento no está incidiendo de manera determinante en la oferta de alojamientos turísticos ilegales. Las conversaciones con Airbnb no fructifican, una situación que contrasta con las de otras ciudades europeas. El Col·legi d’Economistes de Catalunya celebrará a finales de mes una jornada de debate destinada a analizar las consecuencias económicas de estas políticas municipales.