La Vanguardia

Los pescadores de erizos piden medidas contra los furtivos

Los profesiona­les demandan que se reduzca de 150 a 50 los ejemplares diarios que pueden recolectar los pescadores recreativo­s

- SÍLVIA OLLER Girona

Los mariscador­es de erizos de mar piden cambios en la normativa que permite a los pescadores no profesiona­les la captura de hasta 150 ejemplares por día para consumo propio. Reclaman que la cifra se reduzca a unos 50, lo que limitaría el número de pescadores que venden fraudulent­amente la mercancía a los restaurant­es. Fuentes de la Generalita­t aseguran que tienen previsto cambiar la norma este año aunque no han querido concretar cuál será el tope de capturas.

Según la normativa que regula la recogida de erizos en el litoral catalán, los únicos que pueden comerciali­zar esta especie son los pescadores profesiona­les y bajo un estricto control sanitario y de etiquetado. Como máximo pueden recolectar 150 kilos por licencia y día. Los pescadores recreativo­s también pueden recoger este invertebra­do marino para consumo propio, siempre y cuando posean licencia, pero la ley no les permite venderlo. “Existe poco control, hay muchos particular­es y restaurant­es que compran directamen­te a estos pescadores o a furtivos”, denuncia Carles Martínez, un veterano mariscador de la cofradía de Palamós. Considera que si se redujeran el número de erizos que estos pescadores pueden capturar por día (ahora está en 150) se acabaría con gran parte de esta picaresca. “Si se fijara el tope en 50 probableme­nte a muchos no les compensarí­a sumergirse”, explica. “La cantidad que la ley les permite recolectar es hoy en día es excesiva”, agrega Carmelo Martínez, el patrón mayor de la cofradía de Sant Feliu de Guíxols. Su homólogo en Palamós,Toni Albalat, exige a la administra­ción “un mayor control” de las licencias otorgadas para el consumo propio con el fin de evitar un uso lucrativo.

Cada año el cuerpo de Agents Rurals detecta a numerosos infractore­s, la mayoría sin ningún tipo de licencia, que entregan directamen­te el producto a los restaurant­es. “Algunos furtivos pueden sacarse cada día hasta 75 euros, son competenci­a desleal para nosotros”, denuncia Martínez.

La población de este equinoderm­o se ha estabiliza­do en los últimos años tras tocar fondo hace más de una década cuando su presencia se redujo a la mitad, en algunos puntos del litoral catalán. Una de las zonas más castigadas fue el área comprendid­a entre Sant Feliu de Guíxols y Palamós, en la Costa Brava. Un descenso atribuible a la sobreexplo­tación del recurso, pero también a otras causas naturales como las corrientes marinas o los temporales que arrastran las larvas lejos de las áreas donde pueden ser capturados los ejemplares adultos. Según la normativa que regula la pesca y comerciali­zación de este invertebra­do, está prohibido coger erizos de mar a más de 10 metros de profundida­d.

Para incrementa­r la protección de la especie, la Generalita­t, de común acuerdo con los mariscador­es, decretó en el 2008 una veda de seis meses, lo que únicamente permite la captura de este molusco entre el 1 de octubre y el 31 de marzo. Además, limitó a 25 el máximo de licencias concedidas para toda Catalunya y realiza un seguimient­o científico de la densidad de poblacione­s en tres zonas para garantizar la estabilida­d de la especie.

Según datos del Departamen­t d’Agricultur­a, Ramaderia, Pesca i Alimentaci­ó, para esta campaña se han otorgado un total de 23 licencias repartidas entre 13 cofradías de la Costa Brava y la Costa Daurada. La principal área de extracción es la zona de Sant Feliu de Guíxols y de Palamós donde el año pasado se capturaron más del 70% del total de erizos de toda Catalunya. En zonas del sur como l’Ametlla de Mar y l’Ampolla, por las caracterís­ticas rocosas de la costa, el erizo también es una especie abundante.

La captura de esta especie solamente está permitida entre el 1 de octubre y el 31 de marzo

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AGUSTÍ ENSESA/ ARCHIVO La zona entre Sant Feliu de Guíxols y Palamós concentra gran parte de este invertebra­do marino

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