Lío a la luz de la luna
La confusión al final de la ceremonia, gran tema de conversación en las fiestas de Vanity Fair y Lionsgate
Si la gala de los Oscars concluyó de la manera más extraña de su historia, el asombro que provocó la confusión con los sobres contagió el clima de las fiestas posteriores. Ya en el Baile del Gobernador, en el mismo edificio del teatro Dolby y en el que usualmente se colocan las placas identificativas a las estatuillas para evitar confusiones, fueron muchos quienes se acercaron a la presidenta de la Academia, Cheryl Boone Isaacs, en busca de una explicación y se marcharon más confundidos que antes.
Allí, el propio Warren Beatty le mostraba a quien quisiera examinarlo el sobre rojo en el que se podía leer “Emma Stone, La La Land”, mientras que la actriz, aún atrapada frente a la prensa, explicaba a los periodistas que ella había tenido su sobre en la mano desde el momento en que recibió el premio.
A medida que fue avanzando la noche, la gente se fue tranquilizando, y para cuando cerca de la medianoche la empresa encargada de contar los votos, PricewaterhouseCoopers, emitió un comunicado en el que explicaba que habían sido ellos los responsables del caos, todo volvió a la normalidad, aun cuando ese siguió siendo el tema con el que empezaban todas las conversaciones.
Pero por más que en el escenario del Dolby los súbitos perdedores de La La Land no quisieron permanecer más de lo necesario con los inesperados ganadores de Moonlight, los dos grupos se toparon poco después en el Baile del Gobernador y luego otra vez en la mayor fiesta, la de Vanity Fair, y en ambos casos los diálogos no podían haber sido más cordiales.
En este último evento, Kimmel compartió el alivio que le producía que el falso triunfo no hubiese sido para Manchester junto al mar , ya que si le hubiese entregado el Oscar a Matt Damon para luego quitárselo, todo el mundo habría pensado que era una broma. Fue precisamente allí donde los dos grandes rivales de la gala se encontraron y compartieron abrazos y felicitaciones que ratifican que entre ellos existe una gran amistad.
Stone continuó su gira con una última parada en la fiesta de Lionsgate, el estudio de La La
Land, aunque Damien Chazelle optó por marcharse a casa temprano, con menos estatuillas de las que imaginaba. En el evento organizado en el exclusivo SoHo House también estaba Mel Gibson, feliz con los dos premios de Hasta el último hombre y por haberse salvado, por una vez, de estar en el centro de la polémica.