Hágase la magia, por favor
Como dijo el poeta: ¿en qué momento se jodió todo? En octubre, Scott Howard-Cooper escribía para la web de la NBA: “Lo peor ya ha pasado. Son buenas noticias para los Lakers y sus aficionados. Julius Randle y D’Angelo Russell son dos jugadores experimentados, igual que Jordan Clarkson. El rookie Brandon Ingram tiene un gran futuro como ala-pívot. Y el rookie Luke Walton tiene un gran futuro como entrenador. Aun así, los Lakers aún están lejos del periscopio de los playoff. Esa es una mala noticia. Todavía se esperan muchas derrotas para la temporada que ahora comienza”. En lo último, el hombre llevaba razón. En la era post Kobe Bryant, nadie tira del carro. Falta un eje, un guía. Nadie habla de Randle ni de Clarkson. Los Lakers son penúltimos del Oeste. Al cierre de esta edición habían ganado 19 partidos y habían perdido 41. Anoche, los Lakers recibían a los Charlotte Hornets. Parece mentira, estos Lakers. ¿Dónde se fue el showtime?
Jeannie Buss (55) lleva mal todo esto. Es la presidenta de los Lakers desde el 2013.
Ese año murió su padre, Jerry Buss. El hombre había sido un inversor financiero de éxito. Jerry Buss repartió el patrimonio entre sus seis hijos. Jeannie Buss se quedó con su parte de los Lakers. También recibió la presidencia. Desde entonces, los Lakers languidecen.
Y Buss, también.
En diciembre se separaba de Phil Jackson. Lo llaman Maestro Zen. Jackson logró seis anillos para los Bulls y cinco para los Lakers. Buss y Jackson eran pareja desde 1999.
Magic Johnson (57) llamó a Buss.
–Magic quería saber cómo me encontraba después de mi separación –dijo Buss.
Se citaron para el almuerzo anual del club, en enero. Conversaron. Se entendieron. Jeannie Buss se iluminó. Magic Johnson podía ser su hombre para los Lakers. Firmaron el miércoles pasado. Magic aparcó todos sus asuntos. Dirige una fundación de ayuda a las comunidades más desamparadas. Lidera Bridgescape Academies, que ofrece becas a estudiantes. E invierte en The Marvel Experience, un espectáculo de entretenimiento que incluye aventuras en 4D con héroes de la Marvel.
También está en Clear Health Alliance, entidad que investiga en la lucha contra el sida. Magic Johnson contrajo el virus en 1991. –Voy a concentrarme en los Lakers al 150% –anunció. Se ignora la fórmula. –No puedo exigirle que regresemos a la época del Showtime. Aquello fue algo único –dice Jeannie Buss.
“No pienso invitar a nadie a mi despacho para contarle viejas historias de los Lakers”, dijo Magic Los Lakers, un conjunto desorientado, se ponen en manos de Magic Johnson, el hombre que les guió hacia cinco anillos en los ochenta LOS CHOQUES CON JORDAN “Sólo he hecho ‘trash talking’ en una ocasión; fue durante un entrenamiento del Dream Team”
–No pienso invitar a nadie a mi despacho para contarle las viejas historias de este equipo –corrobora Magic.
Los mitómanos se frotan las manos. Los iconos de los ochenta y los noventa van reapareciendo en escena. Larry Bird preside los Pacers de Indiana. Magic gobierna en los Lakers. Michael Jordan es el propietario de los Hornets. Más que ningún otro, Magic y Jordan son los iconos del Dream Team, el episodio que marcó los Juegos de Barcelona’92: Lakers y Hornets se medían anoche en el Staples Center.
Los estadistas han salido a la palestra. Desempolvan los números. En baloncesto, los números mandan. Jordan ganó seis anillos y dos títulos olímpicos. Registró 30,1 puntos por partido. Nadie iguala esto último.
Magic Johnson recogió cinco anillos y un oro olímpico. 11,2 asistencias de media, el mejor en la historia.
En la cancha, nunca fueron grandes amigos. Magic sonreía. Su sonrisa es un icono. A Jordan le iba el trash talking: el duelo dialéctico para empequeñecer al adversario.
En mayo, Magic le habló de trash talking a Jimmy Kimmel. Tiene un late night show.
–Sólo lo he practicado una vez. El día en que me peleé con Jordan.
Ocurrió durante un entrenamiento del Dream Team. En vísperas de Barcelona’92. Saltaban chispas. El equipo de Magic ganaba por 12-2 al de Jordan. Magic se acercó al oído de Jordan y le dijo:
–Como no te conviertas en Air Jordan, os vamos a machacar. Jordan le contestó con un triple. –Entonces me sacó la lengua. Y luego se elevó por encima de David Robinson para machacar el aro.
–Dijo que se había sentado en el aire mientras Robinson volvía a tierra –contaba Magic.
Qué tiempos. ¿Cuándo se jodió todo?