Perdedor impostado
El cantautor barcelonés Dani Flaco presenta su séptimo álbum, ‘Verbenas y fiestas menores’, en el festival BarnaSants
Uno de los nombres más indisociables del cartel del festival BarnaSants desde hace años, el cantautor Dani Flaco, aprovecha dicho escaparate sonoro para presentar en Barcelona hoy viernes su flamante álbum, Verbenas y fiestas menores, en la sala Luz de Gas (21 horas). Un encuentro musical en el que el músico de Bellvitge estará muy respaldado instrumentalmente por Pepo López (guitarra), Jordi Cobre (bajo), Miguel Ballester (batería), David Sam (teclados) y Diego Galaz (violín), así como las colaboraciones de Txetxu Altube y César Pop.
Daniel Sánchez (l’Hospitalet de Llobregat, 1977) ya es un curtido cantautor del circuito y cuenta con una discografía de siete álbumes aunque sólo lleve un decenio en el negocio. “Vivo desde hace tres años y medio en Madrid, para salirme un poco de la zona de confort. Ya estaba cansado de ver siempre a la misma gente e ir a los mismos sitios”, explica. Y añade: “Fue una decisión muy buena, porque cuando pones tierra de por medio paradójicamente quieres más a tu gente y además, en mi caso, laboralmente me va bastante mejor”.
Este último aspecto se refleja especialmente en que el listón cuantitativo de conciertos se ha elevado significativamente. “Supongo que en eso tiene que ver que ya tengo unos cuantos discos en el mercado y el hecho de que en Madrid vive mucha gente que es de fuera de la capital, y que funciona mucho el efecto boca a boca”.
El Dani Flaco con el que se encontrará el aficionado es diferente del que dio luz a su anterior disco, el desnudo e intenso Versos y madera. “Absolutamente, no tiene nada que ver –reconoce–. Ahora estoy en otro estado muy diferente emocional y sentimental a como me encontraba cuando escribí aquel. Vivía una experiencia sentimental para mí dolorosa. Ahora estoy absoluta- mente en otro estado, muy bien, pero lo que ocurre es que el noventa por ciento de las canciones siempre se escriben sobre el desamor porque es más fácil, y porque poéticamente es mucho más bonita la figura del perdedor. Me resulta mucho más fácil, al menos a mí. Te pones como en el papel de un actor, de una persona que está viviendo una cosa que no es lo que tú estás viviendo realmente”.
Y aunque quizás en las letras no se refleje esa pequeña impostura, “en las músicas sí se refleja, sin ninguna duda, e incluso en la portada del disco, que es mucho más luminosa”. Y mientras las rítmicas usadas ahora ayudan mucho a ritmo de ranchera, country, blues, balada, folk u ocasional vals, “cuando ahora hablo del desamor lo hago buscando versos bonitos y evitando autoflagelarme”.
En este nuevo trabajo sí hay mucha naturalidad. “Creo que escribo cada vez mejor, supongo que por conocimiento y porque soy más autoexigente. Sonoramente no me había propuesto grandes cosas excepto, quizás, que estuviera más presente mi guitarra acústica, pero nada más. Suelo decirlo, pero me considero un cancionista, no hago discos complicados. Ni tengo necesidad ni una obligación para conmigo mismo, así que hago los discos de la manera más natural. Con el anterior estuve contento por cómo salió, y con este lo estoy aún más. Creo que mis tres últimos discos me van a trascender. A veces estoy en el Condis y suena una canción mía y no me escondo”.
“Sigo hablando del desamor porque poéticamente es más bonita la figura del perdedor”, confiesa