Guillermo Cervera
Los Thyssen apuestan por el pequeño formato en el nuevo museo que abren el día 16 en el Principado de Andorra
DIR. MUSEO THYSSEN ANDORRA
Guillermo Cervera, sobrino de la baronesa Thyssen, es el primer director del nuevo Museu Carmen Thyssen Andorra, que abre el día 16. Tita Cervera tiene un vínculo especial con Andorra, donde reside fiscalmente desde 1992.
Carmen Cervera, la baronesa Thyssen, tiene una conexión especial con Andorra desde que estableció su residencia fiscal, aun en vida del barón, el año 1992, lo que la obliga a pasar largas temporadas en su casa del principado, donde vive con toda su familia. “La idea de fundar un museo en Andorra la planteó por primera vez el barón Thyssen, que dijo era un lugar ideal para mostrar sus pinturas”, explica Guillermo Cervera, director del nuevo Museu Carmen Thyssen Andorra, y sobrino de Carmen Cervera, que abrirá sus puertas el próximo 16 de marzo con una selección de 26 cuadros de la colección.
Han pasado más de veinte años y Carmen Cervera se muestra agradecida al principado, donde afirma que se siente muy bien tratada y valora la tranquilidad y la seguridad que le ofrece el país pirenaico. El nuevo museo se ubica en la planta baja de un edificio emblemático de la arquitectura andorrana, el antiguo hostal Valira. La reforma museística y el mantenimiento corren a cargo del Govern d’Andorra y del Comú d’Escaldes, que han invertido un millón de euros.
La primera exposición se compone de 26 cuadros que han sido seleccionados con cuidado por Guillermo Cervera, que la ha titulado Escenaris y propone un viaje que abarca desde el impresionismo francés al hiperrealismo americano. El primer cuadro es de Claude Monet, una cabaña en Trouville, y el último de Richard Estes, los rascacielos de Nueva York. En medio, espléndidas pinturas del modernismo catalán –con cuadros de Casas, Meifrèn, Anglada-Camarasa– o de los expresionistas alemanes del arte degenerado, como Pechstein o Khun, pero también piezas cubistas y constructivistas.
Según Cervera, el museo desarrolla un nuevo formato con el que se quiere ofrecer comodidad al visitante pero que a la vez pueda sumergirse en cada uno de los cuadros. Las exposiciones durarán once meses y se irán renovando cada año con una temática diferente a partir del fondo de la Fundación Thyssen, compuesta por 1.300 cuadros. Tres pantallas digitales ofrecerán información complementaria al espectador, la ficha técnica, o poder acercarse a los detalles. “Hay un discurso que interrelaciona todos los cuadros, desde la obsesión por la luz a la distorsión del cubismo. Son escenarios que explican no sólo la visión del artista, también su escenario mental, o la época social en la que están creados”. Cervera cree que el modelo del Thyssen Andorra puede exportarse a otras ciudades. “Es un montaje sencillo, muy parecido a las nuevas