Cinco familias estarán 30 días sin generar basura
En Catalunya, hace años que varias organizaciones trabajan en la línea de lo que propone el movimiento residuo cero. Una de las más relevantes es Rezero (Fundación para la Prevención de los Residuos), que promueve cambios en el modo de consumo e implicar a todos los sectores sociales y económicos. Con este objetivo, impulsa la campaña Yo soy coco, para difundir esta práctica a través de la experiencia de cinco perfiles familiares, cuyos protagonistas explicarán en primera persona qué les pasa cuando intentan estar 30 días sin producir residuos y con qué dificultades tropiezan El movimiento residuo cero tiene influencias, sus referentes y sus gurús. Más allá de las criterios medioambientales, el zero waste está muy influenciado por otros dos estilos de vida. Por un lado, el minimalismo (de moda a partir de los libros de Marie Kondo u otros autores) que valora las experiencias por encima de la posesión de las cosas y que trata lograr el consumo mínimo imprescindible a través de la filosofía “entra uno, sale uno”. Y, por otro lado, sus seguidores también están influidos por el ‘hazlo tú mismo’, lo que les lleva a confeccionar su propia ropa y muebles. Otras corrientes filosóficas o políticas también están cercanas: veganismo, la preferencia por alimentos de proximidad o la elección de banca ética. Sin duda, Bea Johnson, una francesa afincada en California, es la más veterana, la gran gurú del movimiento y a quien se considera su fundadora: un blog, un canal de YouTube, libros traducidos a 14 idiomas y hasta conferencias. Pero no es la única, y ahora la generación millennial ha tomado el relevo. La mayoría son mujeres como Lauren Singer, 26 años, que explica a sus 90.000 seguidores en Instagram cómo se consigue vivir sin crear basura en una ciudad como Nueva York. El título de su blog Trash is for tossers no puede ser más elocuente.