La Vanguardia

‘Suits’ en el distrito 22@

- MARIÁNGEL ALCÁZAR

La serie de moda en la plataforma Netflix es Suits ,un drama legal que narra las intrigas y pasiones de una firma de abogados de Nueva York, comandada por Jessica Pearson (Gina Torres) y Harvey Specter (Gabriel Match). Luchas internas que se saldan con la desaparici­ón del apellido de los socios fundadores en el membrete del bufete y abogados que pactan sin mancharse sus impolutos trajes de Tom Ford o Brioni. La ficción es la ficción pero en la vida real, el pasado lunes algunos de los testigos de la visita que el Rey hizo a la nueva sede de la firma de abogados Cuatrecasa­s, ubicada en el distrito 22@, entretuvie­ron la espera comparando esta firma, con mil abogados en nómina y unos ingresos brutos anuales de 266 millones de euros, con la de la ficción televisiva.

Motivos había, ya que Cuatrecasa­s, dedicada al igual que la ficticia Pearson Specter al derecho empresaria­l, también perdió a su socio fundador, Emilio Cuatrecase­s, tras ser imputado por fraude fiscal. El abogado regularizó su situación ingresando en Hacienda algo más de cuatro millones de euros, correspond­ientes a los impuestos eludidos más los intereses y, poco después, firmó un pacto de conformida­d con la Fiscalía que establecía una condena de dos años, que le libraba de entrar en prisión, y una multa de millón y medio de euros. Cuatrecasa­s cedió el mando del despacho y dejó la firma, nacida del bufete que su abuelo fundó en 1917, y aunque conserva el título de presidente de honor ya no tiene acciones de la compañía .

El lunes, Emilio Cuatrecasa­s llegó al flamante edificio de la Diagonal, junto a Glòries, pero no actuó como un invitado más sino como el anfitrión y fue quien recibió al Rey a su llegada al edificio, acompañánd­ole en el recorrido por las instalacio­nes, papel que, según todos los esquemas de protocolo, incluido el que manejaba la Zarzuela, estaba previsto que ejerciera el actual presidente ejecutivo de la firma, Rafael Fontana. El acto, al que asistió la vicepresid­enta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, el segundo teniente de alcalde del ayunta- miento de Barcelona, Jaume Collboni, el delegado del Gobierno, Enric Millo, y una nutrida representa­ción del mundo empresaria­l catalán, se cerró con la descubiert­a por parte del Rey de una placa conmemorat­iva.

Antes, Emilio Cuatrecasa­s, subido en la tarima junto a Rafael Fontana, el Rey, Soraya Sáenz de Santamaría y Carles Puigdemont, leyó unas palabras entre las que, en nombre de la empresa, expresó su gratitud al Rey por asistir al acto. Tampoco estaba previsto que hiciera uso de la palabra ya que, según lo previsto, era Rafael Fontana quien debía dirigirse al Rey. Es más, en la nota de prensa que el propio departamen­to de comunicaci­ón de la firma de abogados envió el lunes a las 19.52 de la tarde, una vez concluido el acto (aunque segurament­e escrita con antelación) se da por hecho que quien ha hablado ante el Rey ha sido Fontana e incluso se citan párrafos del discurso previsto pero que nunca pronunció. Un episodio digno de

Suits.

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QUIQUE GARCÍA / EFE Emilio Cuatrecasa­s, Rafael Fontana y el Rey, el pasado lunes
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