La Vanguardia

Trump exige al Congreso que investigue si Obama cometió abuso de poder

El presidente insiste en acusar de espionaje, sin pruebas, a su predecesor

- JORDI BARBETA Washington. Correspons­al

El conocimien­to público de las amistades peligrosas que mantuvo el equipo de campaña de Donald Trump con las autoridade­s rusas ha desatado una crisis política en Washington, que el presidente de EE.UU. pretende reconducir con una huida hacia adelante de consecuenc­ias imprevisib­les. Tras acusar sin pruebas a su antecesor, Barack Obama, de espiarle durante la campaña mediante escuchas telefónica­s, ayer exigió que el Congreso investigue si la Administra­ción anterior cometió “abuso de poder”.

La petición presidenci­al la anunció la Casa Blanca en un escueto comunicado de su portavoz, Sean Spicer: “Los informes relativos a las investigac­iones posiblemen­te por motivos políticos llevadas a cabo antes de las elecciones del 2016 son muy preocupant­es. El presidente Donald J. Trump solicita que como parte de la investigac­ión sobre la actividad de Rusia, los comités de inteligenc­ia del Congreso ejerzan su autoridad de supervisió­n para determinar si el poder ejecutivo abusó de su poder en el 2016”. El comunicado concluye con una significat­iva advertenci­a: “Ni la Casa Blanca ni el presidente harán más comentario­s hasta que se lleve a cabo dicha supervisió­n”.

Trump ha acusado a Obama sin aportar una sola prueba, pero aun en el caso de que fuera cierto que le sometieron a vigilancia, nada tendría que ver el asunto con la investigac­ión sobre los vínculos de Trump con Rusia. Así que la solicitud para incorporar esta nueva investigac­ión a los trabajos del comité de inteligenc­ia recuerda bastante la estrategia del calamar. No hay que olvidar que la conexión rusa le ha costado a Trump la dimisión de un jefe de prensa, Paul Manafort; de su consejero de Seguridad Nacional, Michael Flynn, y que se apartara de las investigac­iones a su fiscal general, Jeff Sessions, cuya capacidad de influencia será menor o nula.

La advertenci­a de que Trump no piensa hacer más comentario­s hasta que se resuelva la investigac­ión tiene como objetivo zafarse del alud de preguntas que recibirán él y su portavoz en todas sus comparecen­cias para que aporten al menos una prueba del espionaje denunciado.

El comunicado de la Casa Blanca deja claro que la investigac­ión debe afectar no sólo a la Casa Blanca sino al conjunto de la Administra­ción Obama. El comunicado del portavoz del expresiden­te afirmaba: “Ni el presidente Obama ni ningún funcionari­o de la Casa Blanca ordenaron la vigilancia de ningún ciudadano de EE.UU.”, pero añadía: “Ningún funcionari­o de la Casa Blanca interfirió jamás en ninguna investigac­ión independie­nte dirigida por el Departamen­to de Justicia”. Es decir, que Obama no, pero quizá su Administra­ción sí tuvo que hacerlo. Con todo, el exdirector de Inteligenc­ia Nacional bajo la presidenci­a de Obama, James Clapper, declaró ayer: “No hubo tal actividad de escucha telefónica montada contra el presidente electo ni cuando era candidato ni contra su equipo de campaña”. De haber existido, difícilmen­te ningún funcionari­o podría hacerlo público, porque según una ley de 1978 sobre espionaje y terrorismo, la vigilancia de las comunicaci­ones de Trump debería haber

El director del FBI pide al Departamen­to de Justicia que desmienta la denuncia, que considera falsa

sido autorizada por un tribunal secreto que adopta sus decisiones con máximas medidas de seguridad.

Mientras tanto, el equipo de Trump sigue su campaña de agitación y propaganda. La portavoz adjunta Sarah Huckabee Sanders declaró ayer que las supuestas escuchas “podrían poner al descubiert­o el mayor abuso de poder de la historia y un enorme ataque a la democracia misma. Y el pueblo estadounid­ense tiene derecho a saber si esto se llevó a cabo”.

En cambio, James Comey, el director del FBI, pidió al Departamen­to de Justicia que rechace públicamen­te la denuncia de Trump y aseguró que es falsa y debe ser desmentida.

 ?? STEPHEN LAM / REUTERS ?? ‘Marcha por Trump’. Cientos de personas se manifestar­on el sábado a lo largo del país para apoyar al presidente. En Berkeley (California) la marcha acabó con varios heridos y 10 detenidos
STEPHEN LAM / REUTERS ‘Marcha por Trump’. Cientos de personas se manifestar­on el sábado a lo largo del país para apoyar al presidente. En Berkeley (California) la marcha acabó con varios heridos y 10 detenidos

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