La semana más divertida
EMPIEZA la que Jordi Montull, mano derecha de Fèlix Millet en el Palau de la Música, calificó de la semana más divertida o, para ser más exactos, una semana en la que nos íbamos a divertir más. El filósofo Ortega y Gasset decía: “Dime cómo te diviertes y te diré quién eres”. Que alguien anuncie diversión cuando está siendo juzgado por delitos que le pueden suponer más de 27 años de cárcel permite deducir que le gusta el humor negro. O quizás el ser humano necesita un poco de vértigo en su vida y, cuando sobreviene, la adrenalina a veces consigue un subidón que eclipsa el miedo al precipicio. Audrey Hepburn, a pesar de su impecable traje negro de Givenchy y su educado mordisco al cruasán frente a la joyería Tiffany’s, declaró por aquellos días de desayunos callejeros: “Si obedeces todas las reglas, falta toda la diversión”. Sea como fuere, es evidente que Jordi Montull lanzó a la prensa una frase llena de maldad. Su manifestación recuerda que está intentando salvar a su hija Gemma, directora financiera del Palau, a cambio de descargar responsabilidad en CDC, que podría haberse financiado con cargo a la institución, lo que supondría un evidente daño a la que era la cúpula del partido, más allá de las responsabilidades del tesorero, Daniel Osàcar.
El día 8, el equipo azulgrana intentará una remontada casi imposible contra el PSG, pero CDC aún tendrá más difícil superar su prueba en el juicio por el caso Palau. La pretensión de Artur Mas de ser candidato a la presidencia depende en buena medida de que salga airoso de las confesiones de Montull, que intenta que la vista a los responsables del Palau se convierta en el juicio a la financiación de CDC.
Catalunya constituyó un oasis, donde nunca pasaba nada aunque ocurría casi todo. Entonces nada era demasiado divertido, porque todo resultaba bastante silencioso. Ahora, entre el palmeral, aparecen figuras insospechadas. Habrá que ver la contaminación del agua.