La Vanguardia

Collserola impulsa una marca propia para revaloriza­r sus productos

Los alimentos con distintivo de calidad son mandarinas, tomates, cordero, cabrito, vino y miel

- ROSA M. BOSCH Barcelona

FRUTA ECOLÓGICA Can Carlets ha vendido mandarinas de km 0 que no han pasado por la cámara

EL VINO, UN PROYECTO SOCIAL L’Olivera emplea a 14 personas con alguna discapacid­ad para elaborar sus tintos

Damià Gibernet puede considerar­se el custodio del tomate de Collserola, una variedad bautizada con el nombre de su masía, Can Mandó, que actualment­e se cultiva en una docena de fincas del macizo. Gracias a Gibernet se han conservado las semillas de esta hortaliza, uno de los seis productos amparados por la marca de garantía Producte de Collserola que impulsa el parque natural para revaloriza­r las frutas, las hortalizas, el cabrito y el cordero que crecen dentro de este ámbito geográfico.

Las mandarinas de Can Carlets ya salieron al mercado en los últimos meses con el sello Producte de Collserola; esta primavera se podrán adquirir el vino de la cohortaliz­as secha del 2015, elaborado por la cooperativ­a L’Olivera en la finca de Can Calopa, y la carne de cordero del rebaño del pastor José Montoya, de Montcada i Reixac. En verano, llegará el tomate mandó, y antes de que concluya el 2017 se espera poder empezar a vender el resto de los productos: la miel (de abeja negra autóctona) de hasta seis apicultore­s, y el cabrito, según explica Joan Vilamú, del Servei de Medi Natural del parque natural.

Gibernet reside en Can Mandó, en Vallvidrer­a, el único reducto en el que se cultivaba este tomate. Hace unos años, cedió semillas de la preciada variedad al parque natural de la Serra de Collserola, que las repartió a una docena de pequeños agricultor­es. “Cuentan que después de la guerra, un vecino de Vallvidrer­a se marchó a Francia y se llevó las semillas de este tomate. Hará unos 20 años, ya mayor, regresó y le dio la simiente a mi tía diciéndole: ‘Estos son los verdaderos tomates de Vallvidrer­a’”, relata Gibernet, miembro de la Xarxa Catalana de Graners. “Recuerdo comer de pequeño unos tomates muy grandes y sabrosos que plantaba mi abuela. Intuyo que deben de ser de la misma variedad”, añade Gibernet, de 44 años.

Muy interesado en la investigac­ión de los diferentes tipos de propias de esta zona, Gibernet plantó esas semillas que supuestame­nte llegaron de Francia. “Dan un fruto enorme, calculo que de una media de unos 400 gramos, y con una piel muy fina, una caracterís­tica de los huertos de autoconsum­o”.

Estos días, Damià Gibernet prepara en un diminuto invernader­o de Can Mandó el semillero, y dentro de un máximo de dos meses ya podrá plantar en un bancal de su finca las tomateras, reservadas para consumo propio.

“En principio, excepto la miel y el vino, el resto de los productos, las mandarinas, los tomates y la carne con marca Collserola son ecológicos; se trata de produccion­es muy pequeñas y mayoritari­amente de venta directa”, precisa Vilamú.

La masía de Can Carlets, en el distrito barcelonés de HortaGuina­rdó, ya ha finalizado la temporada de sus mandarinas de km 0 (sólo distribuye­n este fruto en el área metropolit­ana de Barcelona) y certificad­as por el Consell Català de la Producció Agrària Ecològica (CCPAE). Unos 2.200 árboles sustituyen las antiguas plantacion­es de viña en las terrazas de Can Carlets. El reglamento establece que los frutos se recolecten manualment­e y que en un plazo máximo de 24 horas lleguen al consumidor sin pasar en ningún momento por una cámara frigorífic­a.

El vino de Can Calopa, finca propiedad del Ayuntamien­to de Barcelona, es unos de los productos de Collserola que se podrán adquirir próximamen­te. Los tintos de L’Olivera tienen además el valor añadido de res-

ponder a una iniciativa social encaminada a formar y dar trabajo a 14 personas que sufren discapacid­ad intelectua­l o alguna enfermedad mental. “En mayo ya tendremos las 9.000 botellas de la cosecha del 2015 con las variedades syrah y garnacha. Sacamos el Vino de Barcelona y el de Collserola, ambos con la marca Producte de Collserola, detalla Dolors Llonch, coordinado­ra de L’Olivera en Can Calopa.

También antes del verano, la masía de Can Calopa, cuya construcci­ón se remonta al siglo XVI, abrirá una agrotienda y una nueva sala de catas para relanzar su proyecto de enoturismo. Además de sus tintos, en este establecim­iento se ofrecerán los otros productos marca Collserola, añade Llonch.

José Montoya será el primero de los tres pastores de Collserola que comerciali­zará el cordero. Montoya cuida un rebaño de 340 ovejas y 20 cabras de Rasquera, en la zona del Torrent d’en Tapioles, en el término municipal de Montcada i Reixac, donde el Consorci de Collserola y el Ayuntamien­to de esta localidad construyer­on una nave para alojarlas. El objetivo es que estos animales limpien el sotobosque para reducir el riesgo de incendios.

“Ya estoy produciend­o ecológico, pero aún estoy tramitando con el CCPAE la acreditaci­ón. Cuando la tenga podré vender con la etiqueta de Collserola”, explica Montoya, quien de pequeño ya salía al campo con su padre, también pastor. Ahora vende entre 2.000 y 2.500 kilos de carne al año de corderos que se sacrifican cuando cumplen los dos meses y medio.

Joan Vilamú destaca que este proyecto implica promover los productos locales y de temporada del parque natural buscando estrategia­s conjuntas para darlos a conocer y comerciali­zarlos. También evitar el abandono de las tierras agrícolas y la pérdida de biodiversi­dad.

De momento, se han aprobado los reglamento­s de uso para el tomate mandó, la miel, el vino, las mandarinas, el cabrito y el cordero y más adelante se prevé que puedan sumarse cerezas, pollos y huevos. Una comisión de seguimient­o velará por el cumplimien­to de los requisitos que se exigen para cada producto en sus respectivo­s reglamento­s, desde el origen y hasta que llega al punto de venta.

En todo caso, hortalizas, frutos y carnes deben ser elaborados, transforma­dos y envasados dentro del ámbito del parque natural de Collserola, siempre y cuando se disponga de las infraestru­cturas necesarias para su manipulaci­ón.

CARNE DE CORDERO El pastor José Montoya cuida un rebaño de 340 ovejas y 20 cabras de Rasquera

EL OBJETIVO Impulsar el producto local y de temporada y evitar el abandono de las tierras agrícolas

 ?? XAVIER CERVERA ?? El custodio de los tomates. Damià Gibernet con un bote de semillas en el bancal de la finca de Can Mandó donde dentro de dos meses plantará las tomateras
XAVIER CERVERA El custodio de los tomates. Damià Gibernet con un bote de semillas en el bancal de la finca de Can Mandó donde dentro de dos meses plantará las tomateras
 ??  ?? Casi medio kilo. Los tomates mandó pesan de media alrededor de 400 gramos y algunos se acercan al kilo. Estos frutos, de piel muy fina, se empezarán a comerciali­zar con la marca Collserola el próximo verano
Casi medio kilo. Los tomates mandó pesan de media alrededor de 400 gramos y algunos se acercan al kilo. Estos frutos, de piel muy fina, se empezarán a comerciali­zar con la marca Collserola el próximo verano
 ?? KIM MANRESA ?? Viñas de la finca de Can Calopa, donde la cooperativ­a L’Olivera produce tintos
KIM MANRESA Viñas de la finca de Can Calopa, donde la cooperativ­a L’Olivera produce tintos

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