Los descubrimientos
No tiene nada que ver con la famosa sección Los grandes inventos del
TBO, me refiero a descubrimientos personales que he hecho gracias al TBO.
El último lo he hecho escribiendo este texto.
Después de haber explicado un montón de veces que de pequeño iba al estudio de mi padre a ver cómo dibujaba; que me subía en una silla detrás suyo y miraba por encima de su hombro para no molestarlo; y que así es como aprendí a dibujar... Ahora me doy cuenta de que los dibujos que le veía hacer ¡eran los del TBO!
El primer descubrimiento para mí entonces fueron los dibujos del genial Josep Coll. Me siento muy deudor del movimiento, la velocidad y la plasticidad de sus personajes, y de su línea clara.
A través del TBO vi uno de los primeros ejemplos descarado de explotación profesional: cuando los dibujantes cobraban sus colaboraciones les hacían firmar un papelito (era pequeño) donde renunciaban a cualquier tipo de derecho sobre su obra.
El TBO me ayudó también a captar bien qué era el franquismo. Para mí TBO es sinónimo de franquismo –hablo de los años cincuenta y sesenta– tanto por su contenido como por las relaciones que se establecían entre los dibujantes y la propiedad. Quizás esta es la razón de que me gustara tanto mirar los dibujos de O. Soglow
El Reyecito, los únicos que venían de fuera (pero hablaban de un rey y practicaban un humor totalmente blanco), que me permitían intuir que había otras realidades.
Los descubrimientos más importantes, sin duda, los grandes dibujantes que trabajaban y la gran diversidad de estilos.