Malas sensaciones
El equipo barcelonista supera al Murcia con mucho sufrimiento
No es una broma. El Barcelona alcanzó al Madrid en la Liga Endesa. Los dos equipos más poderosos, que el próximo domingo se enfrentarán en la capital española, están igualados con 15 victorias y 6 derrotas. Esta es la situación, que no tiene nada que ver con las sensaciones. Las del conjunto de Laso son muy buenas pese a las tres derrotas seguidas –dos ante los rivales canarios de la ACB, el Iberostar y el Herbalife– en una mala semana; las del bloque de Bartzokas, muy preocupantes. El triunfo ante el UCAM Murcia no borra la realidad y hasta el entrenador griego manifestó ayer que “lo más importante es la victoria, no lo que ha sucedido durante el partido”. Y tiene razón porque de nuevo se vio a un Barça muy débil y nervioso, incapaz de superar claramente a su rival, que se quedó a un paso de vencer en el Palau Blaugrana, donde nunca lo ha hecho.
Después de un primer cuarto igualado (14-15) en el que los azulgrana no supieron aprovechar una buena salida (7-0), el Barça se serenó con un equipo poco habitual (Renfroe, Koponen, Eriksson, Vezenkov y Faverani) y adquirió un renta amplia (36-23) con un parcial de 22-8 con triples del alero sueco y el base estadounidense, y un buen trabajo de Faverani ante sus excompañeros. De hecho, el brasileño jugó uno de sus mejores encuentros con la camiseta blaugrana, semejante al de su debut ante el Anadolu Efes. Aquel día fueron 18 puntos y 8 rebotes. Ayer, 16 y 8. Pero su buen papel no se unió al de Tomic, que pasó por el duelo de puntillas (2p, 5 r).
Campazzo aprovechó la debilidad defensiva de Rice para hacer mucho daño en el tiro exterior y al Murcia le bastó con un poco de seriedad para acercarse al Barça en el descanso (38-33) y darle la vuelta luego al marcador después de una antideportiva a Claver que revolucionó el tercer cuarto. Del 44-37 se pasó al empate a 46 y del 52-46 al 52-55 con un parcial de 0-9 culminado por un triple de Llompart. Rice aún no había anotado en ese instante, pero ocho puntos suyos representaron un balón de oxígeno (61-55) que se agotó con mucha rapidez.
Cuando el base argentino del Murcia colocó el 64-65 en el Palau había mucho nerviosismo. Pero los visitantes ya no volverían a estar por delante. El Barça mejoró un poco su defensa y esta vez no se volvió loco en ataque. Sin hacer nada extraordinario, aseguró el triunfo gracias a los tiros libres. Pero el futuro inmediato es preocupante.
Mientras Tomic estuvo desafortunado, Faverani jugó bien y acabó con 16 puntos y 8 rebotes