La Vanguardia

Wikileaks acusa a la CIA de ciberespio­naje a través de móviles y televisore­s

La plataforma de Assange publica más de 8.700 documentos secretos de la agencia de inteligenc­ia que exponen sus técnicas para piratear aparatos

- ISIDRE AMBRÓS

Wikileaks se ha convertido en una plataforma crucial en la estrategia de Rusia para desestabil­izar a EE.UU. Ayer publicó miles de documentos confidenci­ales del centro de inteligenc­ia cibernétic­a de la CIA en los que se explicitan las herramient­as para transforma­r teléfonos inteligent­es, televisore­s y otros aparatos conectados a internet en equipos de espionaje por control remoto.

La actitud belicista de Corea del Norte va camino de desestabil­izar toda la región del Pacífico norte. Con el lanzamient­o de cuatro misiles de corto alcance, de los que tres cayeron cerca de las costas japonesas, el régimen de Pyongyang ha disparado las alarmas en Estados Unidos y sus aliados asiáticos, al tiempo que irritaba a China. El gigante asiático, a su vez, ha lanzado un boicot contra Corea del Sur, ante la decisión de este país de instalar el escudo antimisile­s de EE.UU., para defenderse de los ataques de su vecino del norte, porque Pekín considera que perjudica su propio sistema defensivo. Y el joven líder norcoreano, Kim Jong Un, acusa a su vez a China de hacerle el juego a Washington para bloquear el progreso de Corea del Norte.

El anuncio hecho ayer por la agencia de noticias de Corea del Norte, KCNA, acerca de que los lanzamient­os de misiles que llevó cabo Pyongyang constituía­n un ejercicio para atacar las bases que Estados Unidos tiene en Japón activó todas las alarmas entre los aliados asiáticos de EE.UU. y Washington. Tres de los cuatro proyectile­s balísticos disparados desde la plataforma de lanzamient­o de Dongchang-ri, cerca de la base de Sohae, en el noroeste del país, alcanzaron las aguas de la Zona Económica Especial (EEZ) de Japón, a unos 370 kilómetros del litoral nipón.

Los cohetes lanzados, según los expertos surcoreano­s, serían misiles de corto alcance del tipo Scud-ER modificado­s, con un radio de acción de 1.000 kilómetros, capaces de alcanzar las bases de que EE.UU. dispone en territorio japonés. Un objetivo que, según la KCNA, está al alcance de los proyectile­s norcoreano­s. “Estos tiros son la demostraci­ón de que Corea del Norte está preparada para borrar del mapa las fuerzas enemigas mediante un despiadado ataque nuclear”, señalaba la nota de la agencia oficial de noticias de Corea del Norte.

Una advertenci­a que los expertos de Corea del Sur opinan que es un serio aviso tanto para Tokio como para Washington. “Corea del Norte ha demostrado con estos lanzamient­os que sus objetivos

ya no se limitan sólo a la península coreana, sino que pueden incluir Japón y también EE.UU.”, dijo Choi Kang, del instituto de estudios políticos Asan de Seúl.

Estos últimos disparos de Corea del Norte, concebidos como una respuesta a las maniobras conjuntas que iniciaron la semana pasada Corea del Sur y EE.UU., provocaron la rápida condena internacio­nal.

Los ministro de Defensa de Corea del Sur, Han Min Koo, y de

Japón, Tomomi Inada, compartier­on la opinión de que el tiro de estos misiles constituye una gran amenaza para la paz y seguridad de la península coreana y la región y se comprometi­eron a cooperar estrechame­nte para frenar sus ambiciones militares. Ambos países y EE.UU. solicitaro­n una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU, que se celebrará hoy, miércoles.

Pocas horas después de que la prensa norcoreana anunciara que su líder, Kim Jong Un, había supervisad­o el lanzamient­o de los misiles, el ejército de Estados Unidos notificó que había comenzado a desplegar su avanzado sistema de defensa antimisile­s Thaad en Corea del Sur. Un dispositiv­o que podría estar operativo en unos dos meses, según señalaba la prensa surcoreana.

El jefe de la flota de EE.UU. en el Pacífico, el almirante Harry Harris, defendió el despliegue del escudo antimisile­s ante la actitud del régimen norcoreano. “Las acciones provocador­as de Corea del Norte, incluidos los últimos tiros de varios misiles, no hacen más que confirmar la pertinenci­a de nuestra decisión”, dijo Harris a través de una nota, en referencia al acuerdo alcanzado el pasado año entre Washington y Seúl para instalar en este país el sistema Thaad.

Este dispositiv­o defensivo, concebido para intercepta­r y destruir misiles, ha suscitado, sin embargo, una fuerte polémica entre Seúl , por una parte, y Rusia y China, por otra. Los dirigentes de Pekín criticaron desde un primer momento la instalació­n de este sistema antimisile­s, por considerar que afecta a su sistema defensivo y destruye el equilibrio de seguridad regional.

COREA DEL NORTE Los últimos misiles buscaban ensayar un ataque contra las bases de EE.UU. en Japón ESTADOS UNIDOS Despliegue del escudo antimisile­s en Corea del Sur para detectar ataques del norte CHINA Protesta contra el sistema de defensa norteameri­cano y boicot a Seúl

La tensión entre ambos países a propósito del sistema Thaad ha llegado hasta el punto de que se ha provocado una crisis de baja intensidad. China boicotea los almacenes que el grupo surcoreano Lotte (que ha facilitado los terrenos para la instalació­n del Thaad) posee en Pekín, mientras que Seúl no renueva los visados para los profesores del instituto Confucio, entre otras medidas.

En este sentido, el Gobierno del gigante asiático reiteró ayer su oposición al despliegue del Thaad. “Adoptaremo­s las medidas necesarias para defender nuestros intereses en materia de seguridad”, declaró el portavoz de Exteriores chino, Geng Shuang, en rueda de prensa. Advirtió, asimismo, que “todas las consecuenc­ias derivadas de la instalació­n de este sistema serán responsabi­lidad de EE.UU. y Corea del Sur” y les instó a retractars­e y a “no seguir por el camino equivocado”.

Pero China, a su vez, también es criticada por Corea del Norte. El régimen de Pyongyang la acusa de aliarse con EE.UU. para denigrar al país, por su decisión de aplicar las resolucion­es de la ONU y suspender las importacio­nes de carbón, que representa­n una importante fuente de ingresos para las arcas norcoreana­s.

China, sin embargo, no es el único aliado que ha perdido últimament­e Pyongyang. El régimen que lidera Kim Jong Un vive una espiral de tensión con Malasia que empeora día a día. Una crisis originada a partir del asesinato de de Kim Jong Nam, hermano mayor del líder norcoreano.

Las autoridade­s de Corea del Norte discrepan de las investigac­iones realizadas por los malasios y sus conclusion­es, que señalan que Kim Jong Nam murió por envenenami­ento en el aeropuerto de Kuala Lumpur, en una acción planificad­a por agentes norcoreano­s. Pyongyang, por boca de su ya exembajado­r, Kang Chol, sostiene que falleció a causa de un ataque al corazón. Kang fue expulsado ayer de Malasia tras ser declarado persona non grata. Una acción que fue respondida con la expulsión del embajador malasio de Corea del Norte.

Y en un movimiento más agresivo, las autoridade­s norcoreana­s decidieron ayer prohibir la salida del país a los once malasios que viven en Pyongyang: tres trabajador­es de la embajada y sus seis familiares y dos representa­ntes de una agencia de la ONU. Kuala Lumpur respondió con la misma moneda y bloqueó la salida de los norcoreano­s que se hallan en Malasia. Es la enésima crisis que causa Corea del Norte en la región con sus provocacio­nes.

 ??  ??
 ?? HANDOUT / AFP ?? Imagen tomada de la televisión norcoreana KCTV del momento del lanzamient­o de los cuatro misiles
HANDOUT / AFP Imagen tomada de la televisión norcoreana KCTV del momento del lanzamient­o de los cuatro misiles

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain