Acciones sobrevaloradas
El organismo cree que hay una “desconexión” con la economía real
La OCDE, en su informe semestral sobre la economía global, dedica un amplio apartado a la actual situación de los mercados financieros y da a entender que la reciente subida de los índices bursátiles, con Wall Street en máximos históricos, carece de base sólida.
PIERGIORGIO M. SANDRI
Nadie lo dice de forma explícita, tal como hizo en su tiempo el presidente de la Reserva Federal Alan Greenspan, pero hay una palabra que planea estos días en los mercados: exuberancia. Queda sólo por ver si le acompaña una segunda: irracional.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en su informe semestral sobre la economía global, dedica un amplio apartado a la actual situación de los mercados financieros y da a entender que la actual apreciación de los mercados, con Wall Street, que ronda sus máximos históricos, carece de base sólida. “En los últimos seis meses, las valoraciones aparecen desconectadas de las perspectivas económicas reales”, alerta esta institución. Una carrera al alza que se ha producido “pese al gran aumento de los tipos de intereses nominales y con las expectativas a largo plazo de crecimiento del PIB que apenas han cambiado”.
La organización recuerda que las previsiones de incremento de los beneficios empresariales en EE.UU. y en la zona euro tampoco se han revisado al alza, con lo que la mejora del sentimiento en el mercado está en contraste “con el continuo y débil crecimiento del consumo y de las inversiones, cuyos niveles están todavía por debajo de las recuperaciones anteriores y con la ralentización de la productividad y una desigualdad persistente”.
¿Cuál es el mayor riesgo? Los analistas de esta organización mencionan, por ejemplo, la inminente subida de los tipos de interés en EE.UU., que podría obligar a los inversores (todavía excitados por la salida a bolsa de Snap, que el jueves subió un 44% y ayer se desplomó otro 10%) a darse un baño de realismo.“El cambio de ciclo agrava los riesgos de una volatilidad. Aunque permanecen bajos desde un punto de vista histórico, los tipos de interés a largo plazo han subido recientemente. La respuesta de los mercados financieros a este periodo prolongado de estímulos monetarios excepcionales no será suave. Una de las consecuencias podría ser un brusco reajuste”.
Ed Clissold, economista jefe de Ned Davis Research, en un informe difundido ayer, subrayaba como las valoraciones de los mercados accionarios globales se encuentran en el nivel más alto de los últimos veinte años. En promedio, las veces se está pagando el beneficio neto anual de una empresa determinada al comprar una acción de esta están cerca de 25, un valor similar al del célebre pinchazo de la burbuja dot com, a principios de este siglo. “Mi explicación favorita para el actual rally bursátil es que Trump ha construido un muro. Un muro contra el miedo”, afirmaba.
De hecho, el magnate norteamericano ha sido uno de los mayores artífices de la escalada en los parquets (+15% desde las elecciones), gracias a una doble promesa: recortes fiscales y plan de inversiones públicas. Pero el problema es que de esto se trata: promesas. De momento, su política se ha focalizado más en la lucha contra la apertura comercial y los flujos migratorios.
“No estamos en una burbuja especulativa o nada que se le parezca”, afirmó hace unos días el inversor Warren Buffett, más optimista que nunca. Argumentos tampoco le faltan: la economía norteamericana sigue en pleno empleo (las solicitudes al subsidio de paro están en mínimos de 1973) y más de la mitad de las empresas del índice S&P 500 supera las previsiones de facturación.
No obstante, las estimaciones de la Reserva Federal de Atlanta indican que no es oro todo lo que reluce. Hace un mes preveían un crecimiento del PIB en EE.UU. del 3,4%. Ahora lo han bajado al 1,8%. Y los mercados, como si nada.