La Vanguardia

La expresiden­ta argentina denuncia una persecució­n judicial y política

- ROBERT MUR

Cristina Fernández fue ayer a tribunales a declarar por tercera vez como imputada. Horas después el centro de Buenos Aires se colapsó por una manifestac­ión sindical multitudin­aria. Sin embargo, ambos hechos no tenían ninguna relación aunque la expresiden­ta argentina intentó sin éxito que así fuera.

“Vivo con mi perrita, Lolita”, respondió Fernández a una pregunta de la secretaria del juez Claudio Bonadío. “Me refiero a personas”, insistió la funcionari­a. La anécdota, recogida por La Nación, ejemplific­a la actitud de la exmandatar­ia, quien, según el rotativo, negó el saludo al magistrado que se ha convertido en su bestia negra y a quien ha intentado apartar de sus causas alegando hostilidad manifiesta.

La expresiden­ta (2007-2015) está imputada por corrupción, acusada de cohecho y lavado de dinero a través de la inmobiliar­ia familiar Los Sauces –sus hijos, Máximo y Florencia declararon el lunes–, que cobraba millonario­s alquileres presuntame­nte ficticios o hinchados a dos empresario­s amigos, su supuesto testaferro Lázaro Báez –encarcelad­o– y Cristóbal López, ambos grandes beneficiar­ios de contratos públicos bajo el kirchneris­mo.

Fernández se negó a declarar y presentó un escrito donde rechaza las acusacione­s y asegura ser “objeto de una persecució­n judicial y mediática” contra ella y sus hijos. Además acusa a Bonadío de “devolverle favores al Gobierno” de Mauricio Macri y denuncia “amenazas y hostigamie­nto” contra su familia.

Bonadío fue el año pasado el primer juez en procesar a Fernández por fraude al autorizar la decisión del Banco Central de vender dólares a futuro sabiendo que el Estado perdería dinero. Posteriorm­ente fue procesada por primera vez por corrupción en una causa que instruye el juez Julián Ercolini por los sobrepreci­os pagados en las obras públicas durante su Gobierno.

A diferencia de la primera vez que declaró en los tribunales porteños ante Bonadío, en abril pasado, Fernández –que sopesa concurrir como candidata a senadora en las legislativ­as de octubre– no fue arropada ayer por sus seguidores. Hace unos días la líder kirchneris­ta pidió a sus partidario­s no acudir a apoyarla y, en cambio, sumarse a la exitosa manifestac­ión convocada ayer contra Macri por la CGT, la central sindical peronista, donde se anunció una huelga general para “fines de marzo o principios de abril”. Sin embargo, los sindicalis­tas acusaron a Fernández de “aprovecham­iento político”. Juan Carlos Schmid, miembro del triunvirat­o que lidera la CGT, pasó días atrás factura a la expresiden­ta, que rompió con los sindicatos en la última etapa de su Gobierno. “Es extraño, por lo menos curioso, que una señora que despreciab­a al sindicalis­mo ahora lo apoye, cuando alguna vez lo llamó aristocrac­ia obrera”, dijo.

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