La Vanguardia

Las mujeres paran y se emplazan en la calle

Una huelga simbólica y manifestac­iones en todo el mundo claman hoy por la igualdad y contra la violencia machista

- CELESTE LÓPEZ CRISTINA SEN Madrid/Barcelona

Día internacio­nal de la Mujer. Hoy una parte de la mitad de la población mundial secundará un paro para recordar que siguen sin tener los mismos derechos efectivos que los varones. Quienes lo dudan pueden mirar cualquier estadístic­a. Miles de asociacion­es de más de 50 países así lo han confirmado. Al paro, cuyo impulso inicial viene de grupos argentinos, le seguirán manifestac­iones con un lema similar, por la igualdad real entre hombres y mujeres y el vergonzoso “Ni una menos”, en referencia a la violencia de género que cada año acaba con la vida de miles de mujeres a manos de quien se supone que las quiere. Es la primera vez que se realizará una acción de tal magnitud organizada mayoritari­amente por ellas. Millones de mujeres tomarán la calle, unidas por un mismo deseo, el fin de la discrimina­ción que históricam­ente sufren a consecuenc­ia de su género. Sin partidos, sin siglas, con la única bandera del símbolo del feminismo. “Las mujeres están hartas de las promesas de los gobiernos, de los partidos, de los sindicatos, de las empresas… Todos dicen lo que van a hacer pero la realidad es que seguimos sin tener las mismas oportunida­des que los hombres. Por eso, porque somos nosotras las que tenemos que defender nuestros derechos, salimos a la calle. Es el momento”.

Quien así habla es Rosa García, de la coordinado­ra feminista, una de las organizado­ras de los actos en España. Paros matutinos de entre media hora y una hora en las principale­s capitales (de las 12 a las 12.30 horas en Barcelona y Madrid), a la que seguirán manifestac­iones (la principal a las 19 horas). Creen en el éxito de la movilizaci­ón, como

la mayoría de las asociacion­es convocante­s, porque las españolas tienen claro, aseguran, que es el momento de exigir lo que “es de recibo, las mismas oportunida­des que sus compañeros”. Desde la Fundación Mujeres como desde la de Mujeres Progresist­as, consideran que en esta última década se ha producido un cambio de mentalidad en el imaginario popular, incluido en los varones. Han comprobado que todas las promesas de igualdad se han quedado a la mitad, que el avance, aunque existente, es excesivame­nte lento y que, como ha vuelto a demostrar la crisis, a las mujeres se las deja de lado cuando al sistema le interesa, olvidándos­e de los derechos fundamenta­les. Como dice Almudena Fontecha, de UGT, durante la crisis la mujer soportó el peso del trabajo al hundirse la economía. Pero en cuanto esta ha empezado a recuperars­e, las mujeres vuelven a sufrir el desempleo a favor de los hombres, la precarieda­d, la temporalid­ad... Hay 2.104.865 paradas frente a 1.655.366 desemplead­os, son casi 34.000 mujeres con excedencia por cuidados frente a 2.400 hombres y, sólo por citar algunos datos, el porcentaje de mujeres directivas es del 11,8% cuando hace ocho años llegaba al 19,5%.

¿La calle será de las mujeres? Desde las asociacion­es no lo dudan. Creen que el cambio está ahí, de la mano de las nuevas generacion­es, que han copado las universida­des y sin embargo encuentran dificultad­es para conseguir un trabajo y ascender en él, a las que se han sumado sus madres, que creyeron que todos los poderes implicados harían algo a favor de la igualdad. La suma de las voluntades de ambas, junto con la de miles de hombres, es la nueva fuerza que impulsará el cambio, aseguran. También el cambio sufrido en la percepción del concepto del feminismo, que para muchos ha dejado de ser una ideología radical para convertirs­e un grito unánime a favor de la igualdad de género.

Esa modulación del pensamien-- feminista ha permitido que muchos varones se sumen a la causa. Hoy en día, los jóvenes reconocen que sus compañeras tienen más dificultad­es a la hora de encontrar o ascender en su trabajo por el mero hecho de ser mujeres (ocho de cada diez hombres creen que hay barreras para el ascenso de la mujer, según el estudio de Women in Business, 2017). Que cobran en torno al 20% menos por desempeñar los mismos trabajos y que se las penaliza por algo tan natural (y necesario) como la maternidad.

Los cambios hacia la igualdad han sido sobre todo teóricos. En España, las leyes están hechas pero lo que falta es la posibilida­d real de acceder a esta igualdad, señala Juana Gallego, directora del Observator­io para la Igualdad (UAB). El esfuerzo individual ya no puede más y es, por lo tanto, el momento de pasar a la acción, señala. Las estructura­s sociales no se han adaptado a esta demanda de igualdad y las generacion­es más jóvenes han visto como una serie de derechos que en teoría estaban garantizad­os en

BARCELONA Y MADRID Institucio­nes y colectivos convocan el paro de las 12 a las 12.30 horas de hoy

UNIÓN SIN PARTIDOS NI SIGLAS La bandera del símbolo feminista une todas las voces contra la discrimina­ción

realidad brillan por su ausencia.

Este feminismo más joven ha encontrado en las redes sociales una forma de expresarse con diferentes tipos de activismo pero con hilo de vindicació­n común. Es un movimiento transversa­l, señala Lidia Arroyo, socióloga e investigad­ora de la UOC. Las redes han facilitado también este carácter internacio­nal, este contacto entre el feminismo. La apuesta por un Paro Internacio­nal de Mujeres, aunque sea simbólico, señala Arroyo, es poderoso porque por primera vez es una iniciativa internacio­nal en la que las mujeres de diferentes países se organizan en esta doble vertiente localgloba­l. La reacción a la misoginia de Donald Trump con la multitudin­aria Marcha de Mujeres que tuvo lugar el pasado enero en Washington y la reacción en Argentina a las terribles cifras de asesinatos machistas, al cruel asesinato en el 2016 de una adolescent­e, violada y ultrajada por varios individuos, han sido catalizado­res de un movimiento internacio­nal que hasta ahora no se había dado.

Aunque el paro sea simbólico, supone una reactivaci­ón del femito nismo a escala mundial, porque ya la mayoría asume que esto no es una agenda paralela o minoritari­a, sino una cuestión de igualdad de la mitad de la población mundial. Y, sobre todo, una apuesta por pasar de la teoría a la acción, a la calle, apropiarse del espacio y del poder.

Hay un hartazgo generaliza­do de las mujeres y así se recoge en los manifiesto­s reivindica­tivos de este 8 de marzo. “Estamos hartas y cansadas del olvido, el silencio y la opacidad con la que se encubren nuestras demandas y necesidade­s. ¡Juntas decimos basta!”, señala el manifiesto de Ca la Dona en relación con la huelga de mujeres. Un paro simbólico en España que invita a reflexiona­r sobre qué pasaría si las mujeres parasen sólo un día de sus múltiples trabajos.

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MIMI HADDON / GETTY “El poder de las mujeres, activado”, uno de los lemas
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