La musa de los expresionistas abstractos
DORE ASHTON (1928-2017) Historiadora, escritora y crítica de arte
ADore Ashton le pidieron en una ocasión que se definiera a sí misma, y ella respondió con un enigma: “turista en las artes”, sugiriendo acaso esa insaciable curiosidad juvenil que le llevó a seguir el curso de las vanguardias a lo largo de más de medio siglo desde su centro de operaciones neoyorkino, pero sin perder nunca de vista lo que pasaba al otro lado del Atlántico ya fuera en el ámbito de la pintura, la música, la literatura o la filosofía. También en el de la política. Mujer de opiniones libres y polémicas que asustaron a los próceres del New
York Times, donde ejerció de crítica oficial hasta su despido en 1960, es autora de libros fundamentales de la historia del arte, como La escuela de Nueva York o
Una fábula del arte moderno, pero desde mucho antes tenía asegurada su entrada en la historia cultural del siglo XX como amiga, musa y defensora de los grandes pintores del expresionismo abstracto: Mark Rothko, Jackson Pollock, Phillip Guston, Motherwell… La casualidad ha querido que su muerte, a los 89 años, haya coincidido con el desembarco de todos ellos en el Guggenheim Bilbao.
Ashton se consideraba una vieja socialista y seguramente estaría indignada con el ascenso de Trump y el nuevo curso de la política norteamericana. Tampoco le satisfacía el rumbo que estaban tomando los museos. “El arte que exhiben hoy es puro show-busi
ness y comercio”, denunciaba. Y lamentaba la situación de desventaja en la que se encuentran los pintores “respecto a cualquiera que haga instalaciones, fotos o performance. Es decir, el tipo de arte que se presta fácilmente al espectáculo, que es lo único que hace vender entradas. Pero no es algo exclusivo del mundo del arte –precisaba– porque nadie presta tampoco atención a los poetas”. Dedicada durante muchos años a la docencia en The Cooper Union –“La única universidad en Estados Unidos donde todos son becados”, explicaba orgullosa–
también fue comisaria de importantes exposiciones, alguna de ellas en España, como À rebours: la rebelión informalista. 19391968, en el Reina Sofía de Madrid, una presentación de las obras de la colección del IVAM o la que dedicó a Robert Motherwell la Fundació Tàpies.
Nacida en Newark (Nueva Jersey), en 1928, Ashton estudió en la Universidad de Wisconsin y en la Escuela de Arte Fernand Léger en París. Se licenció en Historia del Arte por la Universidad de Harvard y es autora de una treintena de libros y monografías de referencia: Rothko, Picasso o Miquel Barceló, a quien en el 2008 dedicó su apasionado ensayo Miquel Barceló. A mitad del camino de la vida. Ashton defendía una crítica que partiera de la experiencia personal, pero a la hora de escribir sobre los artistas consideraba esencial conocerlos en todos los sentidos. “Si está interesado en escribir sobre alguien, pregúntese: ‘¿Qué comió para desayunar?’ Conozca todo lo que pueda sobre ellos. En primer lugar por curiosidad primaria, pero también por el deseo de ver a la persona como un individuo frente a su sociedad y al medio ambiente en el que vive”.