Barcelona y Nueva York se alían contra la gentrificación
La ciudad americana plantea un acuerdo que integre a París, Ámsterdam, Londres y Barcelona en un lobby de grandes ciudades
Barcelona y Nueva York comparten preocupaciones: cómo gestionar la gran cantidad de turistas que reciben cada año, el precio de los alquileres que no hace más que subir, las desigualdades abiertas entre distritos... Son las inquietudes de las grandes ciudades y no cuentan con un foro adecuado de intercambio de experiencias estable entre ellas.
Sin intención de formar una organización con estructura administrativa y esquemas anquilosados, el Ayuntamiento de Nueva York ha propuesto al de Barcelona que sumen fuerzas para crear un ‘lobby’ de ciudades que trabajen juntas de manera virtual para compartir experiencias y respuestas políticas que le puedan ser útiles. “Una red de ciudades para coordinar retos compartidos”, resume el primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarelllo.
El ofrecimiento se lo hizo su homólogo de Nueva York, Anthony Shorris, durante el viaje de Pisarello a Estados Unidos a principios de semana. El gobierno de Colau ve con buenos ojos la propuesta y en los próximos meses esperan sumar al grupo de ciudades a París, Amsterdam y Londres. Todas ellas tienen un denoLa minador común: sus alcaldes son de carácter progresista. Cada uno con sus particularidades locales pero el mar de fondo es compartido y las buenas relaciones entre muchos de ellos ya son conocidas. Sin ir más lejos, el buen entendimiento entre Ada Colau y la alcaldesa de París, Anne Hidalgo. El objetivo del neoyorquino Bill de Blasio es crear un G-5 que incluya a Colau, Hidalgo, al alcalde de Londres, Sadiq Khan, y al de Ámsterdam, Eberhard van der Laan. lista podría ampliarse a otras grandes ciudades globales que compartan las mismas inquietudes. “La sintonía política puede ayudar a tomar medidas ambiciosas”, reconoce Pisarello.
A falta de concretar el grupo, Barcelona y Nueva York ya han acordado la creación de una oficina virtual estable con sus respectivos equipos de trabajo que permita abordar políticas comunes en temas estratégicos como la vivienda. Gerardo Pisarello y la teniente de alcalde de vivienda y desarrollo económico de Nueva York, Alicia Glen, acordaron reuniones de sus equipos cada veinte días aproximadamente desde la distancia. Ambas administraciones compartirán el estudio de posibles medidas ante la subida de los precios como pueden ser la creación de un índice de precios de alquiler o la ampliación del parque de vivienda asequible.
La metodología de una oficina virtual es una réplica del sistema que ya utiliza el Ayuntamiento neoyorquino con Londres. Es un método moderno “que no requiere la firma de grandes memorandos como los del pasado que luego no han servido para nada”, asegura Pisarello, dispuesto a “luchar juntos contra la gentrificación y acordar respuestas innovadoras contando con empresas tecnológicas del campo de las smart cities”.
Otra de las ideas que cautivó a Pisarello de su visita a Nueva York fue el made in NYC, una marca que da visibilidad a productos fabricados en la ciudad como pueden ser unas motos ensambladas en Brooklyn o unas lámparas de diseño hechas en Manhattan. El primer teniente de alcalde asegura que quiere impulsar un proyecto similar en Barcelona para dar oportunidades de ocupación a los vecinos con garantías de buenas condiciones laborales. “Es una vía para recuperar la manufactura y, a la vez, potenciar el orgullo de ciudad hacia dentro y la marca Barcelona hacia fuera”, explica Pisarello, que ya ha incluido la apuesta por la recuperación de los oficios manuales en el plan de desarrollo económico de Nou Barris.
Los equipos técnicos de ambas ciudades compartirán medidas para hacer frente a los problemas de vivienda