La Vanguardia

“Lo sórdido atrae como la foto en blanco y negro”

Victoria González, autora de ‘Llámame Méndez’

- NÚRIA ESCUR

Las entrañas del Poble Sec, años cuarenta, han sido inspeccion­adas a conscienci­a por Victoria González (Barcelona, 1966), que presenta una precuela de Ricardo Méndez, el popular comisario creado por su padre, el escritor Francisco González Ledesma. Llámame Méndez (Planeta) se sitúa en esos bajos fondos donde el protagonis­ta, apenas un adolescent­e, vive con su tutor Raimundo desde la muerte de sus padres. Sin saber que se dedicará a eso, se enfrenta a su primera investigac­ión: el asesinato de su novia Rosalía, de quien descubre que se dedicaba a la prostituci­ón.

¿Cómo se gestó la idea de inventarle a Méndez una vida anterior a la que conocíamos? Fue en una conversaci­ón con mi padre en una sobremesa de verano. Él me dijo “deberías hacer una precuela de Méndez. Es un tipo que ya conocimos amargado, solo, lector... y falta explicar de dónde viene”. Pasaron muchos años y eso quedó en el aire. A raíz de su última novela, que yo ayudé a acabar, tomó forma...

Pero a usted Méndez no le caía nada bien ¡Ni eso! Pero empecé a pensar en él y ya no pude parar. Honestamen­te pienso que a mi padre le gustaría que el personaje se cerrara y que él, de algún modo, siguiera vivo... Es un homenaje. Hay guiños familiares. Saco por ejemplo un banco de Santa Madrona, que es donde mi padre supo un día que sería escritor.

¿Está preparada para las comparacio­nes? Es inevitable. Que guste o no me da un poco de sensación de vértigo (eso les ocurre a quienes como yo tenemos un carácter retraído) pero es ilusionant­e. Me gustaría que lo abordara también gente que no leyó a mi padre y a través de esta novela les entre ganas de hacerlo. Un camino de vuelta, de regreso...

¿Qué nos atrae de lo marginal? Porque la Barcelona que se describe es triste, con barrios marcados por la doble moral, el racionamie­nto y el estraperlo. Creo que lo sórdido nos atrae como nos gustan las fotos en blanco y negro. Es el mismo efecto. Hay un glamur especial en la España cutre del año 1945. En ese año mucha gente se dio cuenta de que la posguerra duraría siempre, que Franco moriría en su cama.

Méndez es un personaje que llega a su madurez literaria con Crónica sentimenta­l en rojo, con la que su padre ganó el Premio Planeta en 1984. Yo voy a sus orígenes, cuando descubre que su vida no será plácida, que le preparan un futuro de hombre amargado.

Otro personaje: Laureano Castañeda, adepto al régimen y perseguido­r de comunistas. Es tornasolad­o. Un tipo adusto, antipático, joseantoni­ano, pero también hay que decir que se ha dejado la piel luchando por lo que él creía. Sabe que Franco es otro pelele. Con ideales tajantes, pero es un tío íntegro. Creo que podría tener recorrido, tiene futuro... ya veremos.

¿Qué diría que aprendió de su padre, en la vida y en literatura? Nos trasladó ese compromiso del que hablábamos y una base de principios muy sólida. La moral entendida como responsabi­lidad. Y a los padres, ya se sabe, no los escuchamos pero los imitamos. En cuanto al estilo literario, bueno, algo sí que se me habrá pegado, creo que tenemos el mismo sentido del humor y la misma mirada.

Es licenciada en Ciencias de la Informació­n. ¿Ha pensado volver a esos orígenes o quiere profesiona­lizarse como novelista? Mi futuro pasará, básicament­e, por ganarme la vida. Pero si me pregunta si me gustaría profesiona­lizarme como escritora, sí. Pero sin presión. No quiero que sea una obligación.

Decía su padre que le decepciona­ron antes los políticos que los periodista­s.

Lo sé. En casa se comentaban esas cosas, anécdotas gremiales. Era muy crítico y muy emotivo.

¿Qué le ha dicho su hermano Enric, el otro periodista de la familia, sobre el libro? ¡Le gustó, le gustó! No sé si le pudo el amor de hermano... Yo se lo iba enseñando por entregas los fines de semana, en la casa de verano, y la buena señal es que cada vez que yo entraba me decía: “¿Traes algo?”. Además pillaba muchos matices.

¿Era lectora de novela negra antes que autora del género? De novela negra y de muchas otras cosas. Recuerdo leer El hombre que fue jueves de Chesterton y pensar “¿cómo te puede llevar este hombre por donde le da la gana ,engañarte? ¡Y encima te lo pasas bien!

¿No cree que se ha abusado en exceso de ese género? Lo hemos usado mucho, lo hemos gastado. Ha pasado de ser una estantería apartada en una librería a ser instrument­alizado.

Su padre me explicó cómo le anunciaron su censura: “Mientras el Caudillo viva usted no publicará”. Y le acusaron de rojo y de pornógrafo. “Nunca entendí lo segundo”, añadía. Así fue. No sé cómo pudo tener tanta capacidad de trabajo a pesar de todo. Algo que nos ha dejado como referente, nos lo inculcó. Porque escribir cuando sabes que no te van a publicar... ¡no puedo ni imaginarlo!

Él no estaba especialme­nte orgulloso de crear Silver Kane. No, sólo lo hizo para ganarse la vida, pero le gustaba que alguien le dijera: “Oiga, pues yo gracias a esas novelitas cogí gusto a la lectura...”. A veces pienso que le amargaron durante años... ¿Se imagina vivir en un país donde ganas un premio internacio­nal de novela y lo que te devuelven es una colleja? Pues eso era España.

“Creo que con mi padre compartimo­s el mismo sentido del humor y la mirada”

 ?? XAVIER CERVERA ?? Victoria González ha forjado una novela imaginando la vida adolescent­e del comisario que creó su padre
XAVIER CERVERA Victoria González ha forjado una novela imaginando la vida adolescent­e del comisario que creó su padre

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain