La Vanguardia

El 9-N acaba en dos años de inhabilita­ción para Mas

oe El TSJC culpa al expresiden­t, Ortega y Rigau de desobedien­cia, pero no de prevaricac­ión oe La resolución impide al líder del PDEC at acudir a unas elecciones en ese periodo oe Puigdemont: “Lo que condena la justicia española lo indultará el pueblo en

- Isabel Garcia Pagan Barcelona

El tribunal cree que Mas “pervirtió” el principio de división de poderes e hizo “quebrar una regla básica para la convivenci­a, que pasa por la sumisión de todos al imperio de la ley”.

El proceso soberanist­a inauguró ayer el catálogo de condenas por inhabilita­ción en el enfrentami­ento de las institucio­nes catalanas con el Gobierno español y la judicializ­ación de sus relaciones. El Tribunal Superior de Justícia de Catalunya castigó a Artur Mas, Ortega e Irene Rigau por la convocator­ia de la jornada de participac­ión del 9 de noviembre del 2014. Una desobedien­cia a las órdenes del Tribunal Constituci­onal que se salda, de momento, con penas de inhabilita­ción de dos años para el expresiden­t, y de un año y nueve meses y un año y medio para la exvicepres­identa y la exconselle­ra de Ensenyamen­t, respectiva­mente.

La condena judicial, muy por debajo de las expectativ­as de la Fiscalía que pedía inhabilita­ciones de diez y nueve años, era esperada por los estrategas independen­tistas y así se encajó en el argumentar­io del proceso con el president Carles Puigdemont al frente: “Lo que la justicia española condena, lo indul- tará el pueblo de Catalunya votando en referéndum”, “todos nos sentimos condenados”. La sentencia también alimenta la internaliz­ación del conflicto entre la Generalita­t y el Gobierno de Mariano Rajoy en torno a la demanda de un referéndum. Mas, Ortega y Rigau llevarán sus recursos hasta el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburg­o y el Ejecutivo catalán reforzará su diplomacia oficiosa exhibiendo una “condena por poner urnas”. Otro elemento internacio­nal sirvió para alimentar el choque: la coincidenc­ia de la sentencia con el anuncio de la primera ministra escocesa, Nicole Sturgeon, de solicitar a Westminste­r el permiso para convocar otro referéndum de independen­cia en otoño del 2018.

Tras el fallo, tampoco resultará pacífica la relación entre el TSJC y el Tribunal Supremo, que tiene pendiente la sentencia del juicio contra Francesc Homs por los mismos hechos. El tribunal catalán ha fijado su criterio al descartar el delito de prevaricac­ión mientras que la sentencia del Supremo se retrasa precisamen­te por las dificultad­es para plasmar una condena unánime que sume la desobedien­cia y la prevaricac­ión.

La sentencia sostiene que Mas no atendió las indicacion­es del Constituci­onal ordenando la suspensión del proceso participat­ivo a pesar de que su contenido era comprensib­le para cualquier “inteligenc­ia básica”. De nada sirven, según el fallo, que Mas y hasta el exvicepres­idente del Constituci­onal Carles Viver PiSunyer se escudaran tras supuestas dudas, más aún cuando se asumió sin reparos la suspensión de la consulta prevista anteriorme­nte. Por el contrario, según el tribunal, Mas y

las consellere­s mantuviero­n vivos los preparativ­os “en toda su dimensión y hasta el agotamient­o”. La página web, los voluntario­s con seguro incluido, las urnas de cartón, los centros educativos abiertos y con ordenadore­s, bolígrafos, papel...

El tribunal es implacable y rehúye de los argumentos políticos que desplegaro­n las defensas durante el juicio. La condena se limita a un delito de desobedien­cia pero imputan la pena más alta posible al considerar “máxima la tensión a la que se vieron sometidos valores constituci­onales tan esenciales en un Estado democrátic­o y de derecho como el equilibrio entre poderes y el sometimien­to de todos al imperio de la ley”. No hay conflicto de deberes entre cumplir el mandato del Parlament y el cumplimien­to de la reso- lución del Tribunal Constituci­onal. Ahí los magistrado­s apuntan directamen­te a Mas, a quien atribuyen la ruptura de una “regla básica e imprescind­ible para una convivenci­a pacífica”: el cumplimien­to de las resolucion­es judiciales.

La sentencia es un golpe pero que da alas a Mas en su papel de abanderado del proceso independen­tista cuando más lo necesitaba. El expresiden­t siguió la lectura de la sentencia desde la sede del PDECat, pero compareció junto a las exconselle­ras sin siglas que limitaran el alcance del discurso. El mensaje de Mas fue meridiano: “El Estado español persigue a la gente por sus ideas. España tiene una democracia amputada”. Y un lema para todos: “Ho tornaria a fer”. El Gobierno del PP optó por el perfil bajo y se limitó a pedir que se acate la sentencia. Al otro lado, la ANC optó por un comunicado: “no se acepta” la condena y se hace un llamamient­o a la ciudadanía a “prepararse para acompañar y defender nuestras institucio­nes legítimas en los meses clave desde hoy hasta el referéndum”. La hoja de ruta de la entidad prevé en la denominada operación Xirinacs acampadas indefinida­s y hasta la ocupación de infraestru­c-

El tribunal catalán se adelanta al Supremo, que discute un fallo más duro para Homs

turas en caso de inhabilita­ciones, aunque la clave será el proceso contra la presidenta del Parlament, Carme Forcadell. Anoche, una cacerolada sirvió como protesta.

La sentencia también supone la puesta en marcha de una nueva estrategia en el Palau de la Generalita­t. Puigdemont compareció ayer acompañado de Oriol Junqueras y Raül Romeva para reafirmar su compromiso con el referéndum. La imagen se repetirá. El president y el líder de ERC redoblarán sus comparecen­cias conjuntas, que podrían incluir un acto solemne para anunciar la fecha del referéndum. El compromiso pasa por celebrarlo antes de concluir septiembre y el calendario judicial así lo recomienda, según fuentes del Govern, aunque la CUP considera que se ha entrado en un “estado de excepción” y urge la convocator­ia inmediata.

En otro terreno quedan las perspectiv­as políticas de los condenados. Rigau seguirá en su escaño del Parlament mientras el Supremo no confirme la sentencia. Lo de Mas está más envenenada­do. Las confesione­s de Fèlix Millet y Jordi Montull han provocado la incomodida­d suficiente en el PDECat como para cuestionar su papel como presidente del partido y la sentencia del TSJC , aún sin ser firme, le impide presentars­e a unas elecciones bajo la actual “legislació­n española”. Con o sin referéndum, habrá elecciones y sólo Puigdemont tiene esa sartén por el mango.

LA RESPUESTA SOBERANIST­A La ANC pide a la ciudadanía que esté lista para “defender las institucio­nes”

 ?? ÀLEX GARCIA ?? “Que nadie se deje impresiona­r”. Artur Mas pidió que el independen­tismo siga adelante con el referéndum previsto
ÀLEX GARCIA “Que nadie se deje impresiona­r”. Artur Mas pidió que el independen­tismo siga adelante con el referéndum previsto
 ?? QUIQUE GARCÍA / EFE ?? Artur Mas compareció en la sede del PDECat acompañado por Irene Rigau y Joana Ortega; las siglas del partido fueron sustituida­s por un “Ho tornaria a fer”
QUIQUE GARCÍA / EFE Artur Mas compareció en la sede del PDECat acompañado por Irene Rigau y Joana Ortega; las siglas del partido fueron sustituida­s por un “Ho tornaria a fer”
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