Renovado optimismo
La Reserva Federal abre brecha con el BCE para evitar el sobrecalentamiento
La Reserva Federal se reúne hoy para volver a subir los tipos de interés.
El BCE se queda atrás y, pese a moderar el programa de compra de bonos, no prevé todavía subir los tipos
La Reserva Federal (Fed) inicia hoy la reunión del comité de mercado abierto que acordará previsiblemente la tercera subida de los tipos de interés en Estados Unidos en los últimos 15 meses. Los sólidos datos del mercado de trabajo publicados el pasado viernes constituyen el último empujón para la subida, que llega con la economía creciendo alrededor de un 2% y el Dow Jones cerca de los 21.000 puntos. Las subidas de tipos normalmente son negativas para las bolsas, ya que frenan la inversión y el consumo y repercuten en los resultados empresariales y, en consecuencia, en las cotizaciones de las empresas.
Sin embargo, esta vez parece que es diferente. El alza de los tipos, tras el mayor periodo de política monetaria expansiva en muchos años, se ve entre los operadores del mercado como un paso clave hacia la normalización, la muestra de que la gran recesión y sus efectos se han dejado definitivamente atrás.
En diciembre del 2015, por primera vez en casi una década y después de seis años y medio de expansión de su economía, la Fed subió por primera vez el precio del dinero desde su nivel de casi 0% hasta la franja del 0,25-0,5%. Un año después, en diciembre del 2016 –y tras varios amagos–, colocó el precio del dinero en el 0,5%-0,75%. Mañana, salvo una sorpresa que frustraría el 100% de las previsiones de los analistas, añadirá un cuarto de punto más a los tipos. Los futuros del mercado indican que en el 2017 llegarán a producirse tres subidas de tipos, una concatenación de alzas que no se producen en un mismo año desde las que hubo en el 2006.
El mercado hace semanas que descuenta la decisión de la Fed, que se ha hecho mucho más predecible en un intento de evitar las turbulencias provocadas en el pasado por su menor transparencia. Ahora, no. En el mandato de Janet Yellen, que acaba de iniciar su cuarto año al frente de la Reserva Federal, la consigna parece ser la de colocar las cartas boca arriba.
El giro en la Fed acentúa la presión sobre el Banco Central Europeo, que de momento sólo apunta a una paulatina moderación en los estímulos. A partir de abril reducirá hasta los 60.000 millones de euros mensuales el programa de compra de bonos, que en la última reunión del 2016 se prorrogó hasta diciembre de este año. Pero no hay cambios a la vista en los tipos, aun en el 0%, porque el BCE desconfía todavía del crecimiento de la economía y la inflación. Oficialmente, el tema no está en la agenda y los tipos seguirán bajos mucho tiempo.