La Vanguardia

El codiciado voto de los ‘euroturcos’

Erdogan inflama el tono de su crisis con Holanda y Alemania en busca del sí al referéndum de los turcos en el extranjero

- MARÍA-PAZ LÓPEZ

La actual crisis diplomátic­a entre Turquía y los Países Bajos, precedida de episodios de tensión en Alemania, Austria y Suiza, aún humeantes, presenta una retórica encendida y arrojadiza que viene mayormente de la parte turca. Su presidente, Recep Tayyip Erdogan, calificó de “prácticas nazis” las anulacione­s de mítines de ministros turcos en Alemania, y el sábado acusó a Holanda –país que celebra este miércoles elecciones legislativ­as– de “nazi y fascista” por motivos análogos. En ambos países se adujeron razones de seguridad para no autorizar las convocator­ias.

El tono incendiari­o de los reproches turcos a Holanda y Alemania tiene mucho de campaña electoral desaforada. Los ministros turcos de mitin por Europa buscan el sí de sus compatriot­as en el extranjero en el referéndum de reforma constituci­onal del 16 de abril, que de aprobarse llevaría a Turquía hacia un régimen presidenci­alista. Según el Ministerio de Exteriores de Turquía, hay 5,5 millones de turcos en el extranjero, de los cuales unos 4,6 millones residen en Europa occidental. Atención: de ese total global, tienen derecho a voto 3 millones.

El resultado del referéndum se presenta ajustado, así que el caladero de votos en el extranjero es importante, y los analistas coinciden en que agitar el nacionalis­mo de la diáspora puede dar réditos al evet (sí). El domingo, en un discurso en la localidad de Kocaeli, el presidente Erdogan buscó excitar los ánimos de las comunidade­s turcas de la diáspora. “Me dirijo a nuestros ciudadanos fuera del país. Sabéis lo que tenéis que hacer contra los enemigos de Turquía, ¿verdad?”, señaló.

Para muchos turcos de Europa occidental, que bregan como pueden con su doble identidad tras años trabajando en países de acogida que han sido poco acogedores, ese llamamient­o juega en favor de votar sí. En Alemania, por ejemplo, el fervor por Erdogan de muchos jóvenes de origen turco nacidos aquí choca a la opinión pública. En enero, el jugador germanotur­co Hakan Çalhanoglu recibió críticas de su club, el Bayer Leverkusen, por colgar un vídeo en internet en el que daba su apoyo al sí.

Y sin embargo ese fervor no tiene tanto de extraño. De toda la diáspora turca en el mundo, la mayoría (unos 3 millones) vive en Alemania, adonde llegaron oleadas de gastarbeit­er (literalmen­te, trabajador­es invitados) en los años sesenta y setenta del siglo pasado, cuando las fábricas germanas estaban sedientas de mano de obra. Turquía y Alemania firmaron en 1961 un acuerdo de reclutamie­nto de trabajador­es, con la idea de que trabajaran un tiempo en Alemania y luego se fueran, pero muchos acabaron quedándose y trayendo a sus familias.

El gran error de aquella época, reconocido por gobiernos posteriore­s, fue no destinar recursos a fo- mentar su integració­n. El escritor y arquitecto Max Frisch lo condensó en una frase famosa: “Llamamos a mano de obra, y vinieron personas”. Aunque hay historias de éxito (Cem Özdemir, copresiden­te del partido Alianza 90/Los Verdes, es de origen turco), un estudio de la Universida­d de Münster del 2016 indicó que el 54% de los turcos consultado­s dijo que no se sentía aceptado como parte de la sociedad alemana.

De esos 3 millones de turcos de Alemania, el 1,4% tiene derecho a voto en Turquía. Hay también importante­s bolsas de población turca en Francia, Países Bajos, Austria, Bélgica y Reino Unido (véase mapa). Se debe a otros acuerdos de reclutamie­nto de trabajador­es que Turquía firmó con Austria, Bélgica y Países Bajos en 1964, y con Francia en 1965. Existen comunidade­s turcas históricas en los Balcanes, Bulgaria y Grecia, pero no vinculadas a ese fenómeno de los acuerdos.

El respaldo de la mayoría de los llamados euroturcos al partido del presidente Erdogan, Justicia y Desarrollo (AKP), que gobierna Turquía desde finales del 2002, se hizo muy visible tras el fallido golpe de Estado del pasado julio. Pero viene de mucho antes. En las elecciones parlamenta­rias de noviembre del 2015, el 69% de los turcos de Países Bajos y Bélgica votaron al AKP, igual que el 60% de los de Alemania.

También influye el tirón de Erdogan, de pasado humilde que siempre reivindica, con el origen de la mayoría de euroturcos. Aquellos acuerdos de reclutamie­nto eran para trabajos poco cualificad­os, y los países receptores priorizaba­n a turcos de zonas rurales o pobres, sin educación y muy religiosos. Sus hijos nacidos en Europa occidental conectan también con Erdogan.

En Alemania hay 1,4 millones de turcos con derecho a voto en su país de origen, y muchos apoyan a Erdogan

 ?? ELYXANDRO CEGARRA / AP ?? Mitin del ministro turco de Asuntos Exteriores, Mevlüt Cavusoglu, el domingo en Metz (Francia)
ELYXANDRO CEGARRA / AP Mitin del ministro turco de Asuntos Exteriores, Mevlüt Cavusoglu, el domingo en Metz (Francia)
 ?? LV ?? FUENTES: Universida­d Hacettepe en Ankara, Ministerio de Exteriores de Turquía y agencias de prensa
LV FUENTES: Universida­d Hacettepe en Ankara, Ministerio de Exteriores de Turquía y agencias de prensa

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain