La Vanguardia

Londres pondrá duras trabas a un nuevo referéndum escocés

oeEl Gobierno de May evita responder con una negativa, pero planteará condicione­s oeSturgeon acepta que la consulta sea “justo después del Brexit”

- RAFAEL RAMOS Edimburgo. Correspons­al

La historia de Inglaterra y Escocia está llena de grandes rivalidade­s, y de campos de batalla que pasados los siglos todavía rezuman sangre: Bannockbur­n, Culloden, Glencoe, Stirling Bridge, Durban, Marston Moor, Falkirk, Neville’s Cross... Ahora, los ejércitos de Theresa May y Nicola Sturgeon se ponen ya las armaduras y afilan las espadas para la “guerra del segundo referéndum”, que promete ser épica.

“Nosotros no podemos hacer como España con Catalunya –comenta un funcionari­o del Gobierno conservado­r–. No podemos plantarnos y sencillame­nte decir que no a otra consulta, amenazar o incluso inhabilita­r a los políticos rivales. No es nuestro estilo. Pero sí podemos crear obstáculos, poner trabas, retrasar la fecha como el equipo de fútbol que pierde tiempo con la pelota”.

Mientras la premier británica, Theresa May, prepara su respuesta oficial a la demanda de otro referéndum, fuentes de su Administra­ción aseguran que no se negarán en principio a que se celebre, pero pondrá como condición sine qua non que sea una vez concluidas las negociacio­nes con Bruselas para la salida de Europa. “Los argumentos son dos –señalan fuentes oficiales–. Primero, los escoceses han de saber a qué atenerse, qué es lo que aceptan o rechazan en términos comerciale­s y de la relación con la UE. Y segundo, si el Brexit ya de por sí nos desborda, lidiar al mismo tiempo con una campaña para defender la Unión sería logísticam­ente imposible”.

La líder nacionalis­ta escocesa, Nicola Sturgeon, dijo inicialmen­te que la consulta habría de celebrarse entre el otoño del 2018 y la primavera del 2019. Ayer, en respuesta al runrún procedente de Londres, matizó que “también sería aceptable justo después de concluidas las negociacio­nes del Brexit o de que se materialic­e la salida de la UE”, una fórmula que podría encajar con las demandas de May. “Aunque en realidad –añadió– es al Parlamento de Holyrood y no al de Westminste­r al que le correspond­e fijar la fecha y los detalles de la votación”, añadió.

Pero la líder tory, furiosa por lo que considera una emboscada política de su rival que ha desbaratad­o sus planes de invocar ayer el artículo 50 del tratado de Lisboa y dar el pistoletaz­o de salida al Brexit, busca la manera de tender una trampa a Sturgeon y por ejemplo, según las fuentes, condiciona­r el referéndum a que el SNP obtenga una mayoría absoluta en las próximas elecciones autonómica­s escocesas del 2021 (en la actualidad carece de ella por el más mínimo de los márgenes, y gobierna con el apoyo de los Verdes contra el bloque unionista de conservado­res, laboristas y liberales).

“Comparar nuestros mandatos no resulta favorable a Theresa May –tuiteó Sturgeon–. Yo fui elegida por amplia mayoría sobre una plataforma independen­tista, mientras que ella ni siquiera ha sido elegida por nadie” (heredó el cargo al dimitir David Cameron). A las batallas que enfrentaro­n a los reyes católicos de Escocia con los protestant­es de Gran Bretaña, a Isabel I con María Estuardo, se va a sumar ahora la de la “sección 30” contra el “artículo 50”. La sección 30 es la disposició­n mediante la cual Westminste­r traslada al Parlamento de Edimburgo la autoridad para convocar un referéndum, y pone en marcha el diálogo entre los dos gobiernos sobre la

composició­n del electorado, la pregunta y la fecha. El artículo 50 es el dispositiv­o previsto en el tratado de Lisboa para que un país abandone la UE. Londres sostiene que ambos procesos no pueden ir de la mano. Edimburgo, que deberían ir.

Igual que Cameron, May ha desviado la vista hacia Madrid en busca de un aliado, y ha transmitid­o por los altavoces las declaracio­nes del ministro de Exteriores español, Alfonso Dastis. Los argumentos de Londres para combatir la independen­cia van a ser los mismos en el segundo referéndum que en el primero: la economía, la moneda, el déficit, las dificultad­es para el ingreso en los organismos internacio­nales... Sturgeon, que quiere ser admitida en el panteón de los héroes escoceses junto a Rob Roy, Jacobo IV, William Wallace, Robert The Bruce y compañía, ya ha empezado a estudiar los motivos de la derrota del 2014, y a elaborar otra estrategia.

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WPA POOL / GETTY La primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, ayer en la reunión de su Gabinete en Edimburgo

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