La UB desacredita los informes técnicos del tranvía
El análisis encargado por Demòcrata dice que el gobierno de Colau exagera los beneficios medioambientales de la conexión de las líneas
Un análisis de dos profesores de Economía Aplicada de la Universitat de Barcelona (UB) desautoriza los estudios técnicos encargados por el gobierno de la alcaldesa Ada Colau que avalan desde un punto de vista técnico la unión de las dos líneas del tranvía sobre el asfalto de la avenida Diagonal. Los investigadores Daniel Albalate y Albert Gragera, especialistas en evaluar los supuestos beneficios sociales de proyectos públicos, quienes ya firmaron algunos trabajos muy críticos sobre la sobreoferta del tren de alta velocidad y proliferación de aeropuertos en España, entienden que los análisis del Ayuntamiento hacen uso de datos poco rigurosos, que presentan gravísimas deficiencias metodológicas, que están orientados a avalar el proyecto más polémico de la era Colau, a legitimarlo de cara a la opinión pública y académica. “Hablamos de defectos que los alejan de las mejores prácticas académicas”, sostienen. “Mucha gente que apoya la ampliación no lo haría si hubiera leído los informes del Ayuntamiento. En verdad la contribución a la mejora del medio ambiente de esta iniciativa es muy pequeña”.
A buen seguro que hoy se vivirá una jornada muy convulsa en muchos claustros de profesores de Barcelona. Según se deduce de este último estudio, el Ayuntamiento está ideando todo un argumentario técnico destinado a justificar una decisión política tomada de antemano, y además trata de obviar que la mejora de la red de autobuses sería más barata, menos contaminante y encima más efectiva y eficiente que el gran despliegue de raíles. A su entender, el autobús podría ser una mejor solución. Sí, este estudio de la UB fue dado a conocer ayer por el grupo municipal Demòcrata. A renglón seguido su portavoz, Joaquim Forn, exigió a la alcaldesa Ada Colau que retire de inmediato el proyecto y que también depure responsabilidades políticas. Forn también quiere que la Autoritat del Transport Metropolità (ATM) y a la Generalitat que “se impliquen, supervisen y fiscalicen” el proyecto del Ayuntamiento. La semana pasada el Ayuntamiento promocionó la Conferència Tramvia-Ciutat, un encuentro en la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) de numerosos expertos en movilidad de medio mundo, en su mayor parte acérrimos defensores de este medio de transporte. La guerra de los raíles se está recrudeciendo.
No se trata del primer estudio que cuestiona la idoneidad de que este medio de transporte atraviese la ciudad. Un reciente documento del Reial Automòbil Club de Catalunya (RACC) ya subrayaba que las previsiones del Consistorio no atienden a las consecuencias de la prioridad semafórica que necesitan los convoyes para mantener una velocidad competitiva, que el Ayuntamiento no está teniendo en cuenta la congestión que se generará más allá de la propia Diagonal. Y anteriormente otro estudio promovido por el entonces grupo municipal de CiU apuntaba que los informes del Consistorio no consideran ni la contaminación que provocarán las obras de esta infraestructura ni tampoco la que generarán los problemas de tráfico que desencadenen. Pero ahora las nuevas críticas, que también contemplan estos aspectos, adquieren un cariz demoledor.
Según los investigadores de la UB, los ahorros de tiempo comportados por la conexión de las dos líneas del tranvía serían prácticamente imperceptibles, de apenas unos pocos segundos, y no de dos minutos y medio tal y como prevén los estudios encargados por el Consistorio. Además los usuarios de transporte público captados por la nueva infraestructura no serían 12.000, sino menos de 3.000. Los investigadores también subrayan que las previsiones municipales también sobreestiman el crecimiento natural de los usuarios del transporte público. A pesar de que durante el último lustro este crecimiento se produjo a un ritmo de un 0,1 por ciento anual, el Consistorio espera que en el futuro el número de pasajeros crezca a un ritmo de un 1,5 por ciento. Albalate y Gragera también señalan que el Consistorio no están contemplando las posibles desviaciones del presupuesto inicial, una circunstancia harto habitual en los grandes proyectos de obra pública. “Las conclusiones municipales se basan en estudios parciales que no ofrecen un escenario de referencia homogéneo. Agregan beneficios que no se pueden agregar”.
Forn exige a la alcaldesa la retirada del proyecto y que depure responsabilidades políticas