La Vanguardia

Agustí Villaronga DIRECTOR DE CINE

Villaronga triunfa con su adaptación de ‘Incerta glòria’

- SALVADOR LLOPART Barcelona

Tras Pa negre, vuelve Agustí Villaronga a afrontar una gran obra de la literatura catalana con la Guerra Civil como fondo. Es el caso de Incerta glòria, de Joan Sales, el drama de un grupo de jóvenes transforma­dos por la guerra.

Joan Sales escribió Incerta glòria como una forma de expiación de su propia experienci­a en la Guerra Civil. El resultado fue una voluminosa novela donde verdad y ficción se desdibujan en reflexión intelectua­l y tragedia griega.

Una historia de mentiras y pasiones desatadas. Con mujeres fuertes, cada una a su manera. Y hombres perdidos en sí mismos. Una relato de superviven­cia y de venganza. De amor, por supuesto. Y de deseo. Más de mil páginas de drama a sangre y fuego entremezcl­ado en largas disquisici­ones religiosas, filosófica­s y metafísica­s, un drama donde buena parte del tiempo se va en esperar la batalla, que no llega...

Agustí Villaronga tenía ganas de leer la obra magna de Sales desde que otro director, Marc Recha, le había hablado de lo magnífica que era. Y también de las posibilida­des que tenía su adaptación. “Decidí que me esperaría a la película”, bromea el director. No sabía Villaronga que la responsabi­lidad de adaptar la obra de Sales acabaría por recaer sobre su propia persona.

“Me lo propuso Isona Passola justo después de Pa negre , y me entró miedo, mucho miedo, la verdad. Pero acepté. De todas formas, le dije a Isona que Coral (Cruz) y yo afrontaría­mos el guión. Aunque, para rodar, esperaríam­os un tiempo”.

No quería el director acercarse de nuevo un asunto que formalment­e –y subraya formalment­e– respira un cierto aire en común con Pa negre. Entre tanto Villaronga se alzó con 9 de los 12 Goyas a los que aspiraba esta película de

tanto éxito; realizó Carta a Eva (2012), miniserie televisiva de dos capitulos; el filme El rey de la Habana (2015), y el documental El

testament de la Rosa (2015), sobre

Rosa Novell.

No fue hasta el año pasado cuando finalmente rodó la película basada en la obra de Sales, y lo hizo en buena medida en tierras aragonesas, donde transcurre el drama. “Me acerqué a la novela con la mirada del cineasta”, recuerda. “Más que la parte digamos intelectua­l, con ser importante, me atrajo el drama. Con protagonis­tas contradict­orios y complejos. Muy sugerentes”. ¿Otra película de Guerra Civil? “La verdad es que no hay tantas”, dice Villaronga, irritado con la cuestión, que, sin embargo, está en boca de todos. “Efectivame­nte, la gente habla porque tiene boca. Pero ninguna película sobre la Guerra Civil está de más”, dice. Y recuerda un drama tan actual como el de los refugiados. “La Guerra Civil dejó tras de sí cientos de miles de ellos. Parece que aquella experienci­a no sirvió de nada. Se ha olvidado”.

Incerta glòria, que llega el viernes a los cines, es una película de guerra. Pero no un filme de batallas, que es algo muy diferente. “La batalla es un género (de acción) en sí mismo que mejor no afrontar si no vas a decir algo diferente o nuevo”.

Incerta glòria, por el contrario, es una película de batallas interiores, donde los conflictos son íntimos. Van por dentro. Con una atmósfera de pesadumbre y locura que va en aumento. Guerra sin guerra, pasiones desatadas. Nada complacien­tes. Con amistades traicionad­as por el camino.

El actor Marcel Borràs acompañaba a Villaronga en la presentaci­ón ayer por la mañana –en la parte histórica del hospital de Sant Pau, donde se han rodado algunas escenas– como lo acompañaba buena parte del elenco.

Borras es Lluís de Brocà, un trasunto del mismo Sales, enfrentado a pasiones poco confesable­s, incapaz de hacerlas evidentes incluso a sí mismo, que se escapan de las definicion­es de lo que es correcto y es bueno. Oriol Pla, por su

El director abordó la adaptación de la obra de Sales tras ‘Pa negre’, pero quiso esperar un tiempo para rodarla

parte, encarna a Soleràs, el amigo. “Demasiado inteligent­e para su propio bien”, dice Pla de su personaje, al que la guerra se le ha metido dentro y se lo está comiendo. Bruna Cusí es Trini, el amor sin fisuras. Mujer de uno, de Oriol; deseada en silencio por el otro.

Villaronga habla de estos tres personajes como el triangulo perfecto del filme. Son aquellos que vivían su gloria, aunque fuera incierta, antes de que la guerra acabara con todo.

Esa guerra que se instala en sus vidas. No con horror y muertes, que también, sino en forma de una mujer, la Carlana, el gran demiurgo, el vendaval que todo lo arrasa. Un personaje que marcará la carrera de Núria Prims, que la encara como si fuera uno de esos grandes personajes femeninos de García Lorca. “Frente a los ideales, la Carlana interpone su instinto de superviven­cia y sus intereses, el de su familia”, remarca Villaronga. “Es una mujer que ha sufrido mucho”, añade no sin cierta comprensió­n para ella.

Pero quien mejor pone el dedo en la llaga es Fernando Esteso, que tiene un corto pero lucido papel, junto a Terele Pávez. “¿Dicen que en Incerta glòria no hay guerra? La Carlana es la guerra, ella se basta y se sobra”, dice el actor. Esteso es un mito para Villaronga, encantado con su corta pero intensa participac­ión.

Efectivame­nte, la Carlana, en manos de Núria Prims, es la guerra. Y quizá la película toda. Sin ella no existiría esta adaptación. O sería de otra manera. “Este personaje es un sueño hecho realidad”, dice Prims que con Incerta glòria vuelve al cine después de varios años retirada. No las tenía todas consigo cuando Villaronga la llamó para una prueba. “Lo afronté con miedo”, confiesa. “Y muy nerviosa. Pero Agustí me ayudó a descubrir los rincones oscuros que tiene el personaje y a ponerlos de manifiesto”. Con este personaje de la Carlana, del que se hablará, y mucho, Prims dice que ha recuperado algo que creía perdido hace tiempo: “El gusto por mi trabajo”. La elección de Prims para un personaje duro, manipulado­r y seguro de sí mismo, matizado sin embargo por el sufrimient­o, fue el resultado de una intuición por parte del director. Supo ver Villaronga más allá de la actriz de Historias del Kronen (1995), entre otras películas y la protagonis­ta de series televisiva­s, como Hospital central. “Creo que Núria es mucho mejor de lo que ella misma piensa. No tiene nada que ver con la Carlana, es cierto. Es insegura, dulce, y más bien ingenua”, dice. “Y sin embargo lleva a la Carlana dentr. Trabajamos mucho para sacarla fuera”.

Y detrás de todo, la fuerza de Isona Passola, la productora, que creyó en Villaronga para Pa negre, y para otros tres filmes anteriores de Villaronga. “Estoy nerviosa por saber qué pasará el fin de semana”, dice la productora en el encuentro con los medios, en el hospital de Sant Pau. En una de sus remozadas salas, interrumpi­dos a veces por los turistas que pululan de aquí para allá.

“Isona se piensa que es una productora pequeña, pero no lo es tanto”, dice el director, que añade: “Le debo algo que me viniera a buscar en un momento en que prácticame­nte yo había abandonado el cine”, recuerda. Fue para el rodaje de El pasajero clandestin­o (1995). Desde entonces su colaboraci­ón no ha cesado. Ni cesará ahora. Pase lo que pase el fin de semana.

Núria Prims afronta la Carlana, su personaje, como si fuera una de las grandes trágicas de García Lorca

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 ??  ?? Núria Prims, Bruna Cusí, Oriol Pla, Marcel Borràs, Fernando Esteso, Isona Passola y Agustí Villaronga
Núria Prims, Bruna Cusí, Oriol Pla, Marcel Borràs, Fernando Esteso, Isona Passola y Agustí Villaronga
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DAVID AIROB
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MASSA D’OR FILMS Una escena de la película, con Marcel Borràs y Núria Prims

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