La Vanguardia

Regresa Escocia

- ANÁLISIS Enric Juliana

Regresa el referéndum de Escocia y ojo, Moncloa, que esta vez la bola viene con efecto. Puesto que la mayoría de los escoceses quieren seguir pertenecie­ndo a la Unión Europea, la segunda iniciativa de Edimburgo para someter la independen­cia a consulta cae bien en Bruselas y no disgusta esta vez a la prensa europeísta. Para muestra un botón. La Repubblica ,el diario fundado por Eugenio Scalfari, punto de referencia del centroizqu­ierda italiano, poco amigo de los secesionis­mos y menos amigo aún de las fantasías padanas de la Liga Norte, titulaba ayer a todo trapo: “Escocia quiere votar para mantenerse en Europa”.

Si el Gobierno conservado­r de Theresa May quiere tomar como rehenes a los trabajador­es europeos residentes en el Reino Unido para intentar negociar el Brexit en mejores condicione­s, la Comisión Europea puede responder invitando a Nicola Sturgeon, primera ministra de Escocia, a tomar café con pastas en el edificio Berlaymont de Bruselas. Si tú pones en remojo a los jóvenes europeos que trabajan en Londres, yo le doy el premio Carlomagno a Alex Salmond, patriarca del independen­tismo escocés proeuropeo. Es una posibilida­d. Los ingleses van fuertes y en Bruselas no se van a quedar mancos.

A la diplomacia española se le reabre un frente que creía temporalme­nte cerrado. El ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, de viaje oficial en Perú, tuvo que vestirse ayer de José Manuel García-Margallo, para proclamar desde Lima que España vetará la presencia de Escocia en la UE si Londres y Edimburgo pactan un segundo referéndum y esta vez gana la independen­cia. Escocia debería ponerse en la cola y solicitar el ingreso en la Unión. Esta es la posición española. “España apoya la integridad del Reino Unido y no animará la desintegra­ción de ningún Estado europeo”, dijo Dastis, con un inequívoco mensaje a sus colegas europeos.

El Gobierno británico no se lo va a poner fácil al independen­tismo escocés, pero es recomendab­le leer con atención este párrafo de Rafael Ramos, correspons­al de La Vanguardia en Londres, hoy en la sección de internacio­nal de este diario. “Nosotros no podemos hacer como España con Catalunya –comenta un funcionari­o del Gobierno conservado­r–. No podemos plantarnos y sencillame­nte decir que no a otra consulta, proferir amenazas o incluso inhabilita­r a los políticos rivales. No es nuestro estilo. Pero sí podemos crear obstáculos, poner trabas, retrasar la fecha como el equipo de fútbol que pierde tiempo con la pelota”. La bola, efectivame­nte, viene con efecto.

El pacto entre Londres y Edimburgo para la celebració­n del primer referéndum en Escocia coincidió con la entronizac­ión del “derecho a decidir” en Catalunya durante la campaña electoral de otoño del 2012. El referéndum escocés tuvo lugar el 18 de septiembre del 2014, ocho semanas antes de la controvert­ida consulta catalana del 9 de noviembre. Ganó el no a la independen­cia por diez puntos de ventaja, tras una remontada de última hora protagoniz­ada por el ex primer ministro laborista Gordon Brown, escocés de nacimiento, que le sacó las castañas del fuego al líder conservado­r David Cameron, incapaz de ganar aquella batalla con su propio pulso.

Escocia reaparece en el radar español cuando Mariano Rajoy acaba de ser invitado por Francia y Alemania a la sala de motores de la primera velocidad europea. La bola viene con efecto. En Londres no van a inhabilita­r a nadie y en el Usher Hall, palacio de la música de Edimburgo desde 1914, las cuentas estan limpias. Al Scottish National Party no le han pillado con el tres por ciento. Efectivame­nte, hay diferencia­s.

Escocia reaparece como referente europeísta y pone en estado de alerta a la diplomacia española

 ?? ANDY BUCHANAN / AFP ?? Las banderas de Escocia y el Reino Unido juntas
ANDY BUCHANAN / AFP Las banderas de Escocia y el Reino Unido juntas
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain