Ciencia huérfana
Pere Mir nos ha dejado el 10 de marzo del 2017. Se ha destacado su figura como mecenas de la ciencia y la Fundació de Recerca de l’Institut de Microcirurgia Ocular (IMO) también ha tenido la suerte de contar con su apoyo desde el 2012.
“Dentro de una aparente sencillez, Pere guardaba un conocimiento profundo y elaborado, por lo que le sobraban los halagos y reconocimientos. Únicamente los verdaderos sabios pueden entenderlo así, y él lo fue en muchos aspectos de su intensa vida”, destaca el doctor Borja Corcóstegui, presidente honorífico de la Fundación IMO.
Quienes han estado en contacto con él –médicos, optometristas, técnicos de laboratorio, auxiliares de enfermería y recepcionistas– alaban la relevancia de Pere Mir y le definen como una persona muy alegre, con una inteligencia excepcional, no sólo en el ámbito científico, sino también desde su vertiente emocional, con una empatía desbordante y una iniciativa y proactividad que lo han acompañado hasta sus últimos días.
La discreción fue una de sus máximas durante toda su vida y siempre quiso ceder el protagonismo a los investigadores. Desde la Fundación IMO queremos poner de relieve su legado, a través de la financiación desinteresada por parte de la Fundación Cellex de un proyecto de investigación básica para identificar y caracterizar funcionalmente nuevos genes causales de distrofias de retina y otras enfermedades raras que provocan problemas de visión y que, en algunos casos, pueden derivar en ceguera completa.
En colaboración con el Institut d’Investigació Biomèdica de Bellvitge (Idibell) se ha secuenciado el genoma de 40 familias portadoras de genes responsables de distrofias de retina. Actualmente ya se dispone de los primeros datos de secuenciación masiva y se está trabajando en el filtrado de variantes potencialmente patogénicas. Con esta investigación, se pretende determinar nuevos genes que no se habían relacionado anteriormente con patologías oculares y detallar cuál es su función dentro de las células fotorreceptoras de la retina.
“Con el fallecimiento de Pere Mir, se apaga una luz dentro de la ciencia, pero gracias a sus contribuciones en vida y al legado de la Fundación Cellex, muchas personas tendrán un rayo de esperanza en sus problemas de visión en un futuro cercano”, concluye el doctor José Luis Güell, presidente de la Fundación IMO.